BUSTOS, MIGUÉL ÁNGEL
1

CON UN LARGO CUCHILLO

Viendo que aún se movía le ató los miembros superiores y
limpió el cuerpo puro de un poco de tierra pegada.
Tomó un largo cuchillo y en la misma mesa en que
gritaba la maniatada probó su filo.
Lo afinó en una piedra antigua manchada a trechos por
coágulos parduzcos. Alguien lo llamaba de lejos. Se apuró
afilando al pelo el acero.
Se acercó despacio y ensayó el filo en la masa blanca
del cuerpo. Los chillidos subieron de tono.
Levantó la mano, tomó la cabeza y de un solo tajo la
separó del cuerpo.
La sangre saltó lejos, tan lejos como él tiró la cabeza de
la gallina.

ARREGLO PARA CUERDAS Y VOCALES

Sea tu adiós
sapo iluminado gato oscuro
de las calles de naranjos.
Se alarido
po de agua to
oscuro oscuro de las calles de naranjos.
Se han ido
quedo muriendo en el pasto de un millón de años toda mi
boca siente la luz en los metales vuelta. Ojos tan tristes.
Cuándo la palabra en su cuerda de vocales cortadoras será
más que una lengua.
Cuerpo que se va de un solo golpe despídeme a toda la
noche despídeme.
Por qué me has abandonado.
Por qué yo te abandono con mi lengua silbadora venida a
los cielos.
Metales aguas soy esclavo del kilómetro y la fuerza luz
palabra desciende como un pueblo.
Sea tu adiós mi más golpe
mi perdida pérdida
mi más mi masa de adiós
por esta vida sin límites.

CANTO QUINTO DE LOS
PÁJAROS

Recuerda, conquistador de la Luna
y el Sol, recuerda bastardo este
Imperio de Niños.
Honor a tu coraje: yo te maldigo.
Pues años y años y cientos han de
pasar hasta que el Verbo resucite
en la tierra violada. Mientras; balbucea
el caos con tu lengua clavada
por el frío Sol Antiverbal: señor
de justicia.
Salve.
(En la superficie del mercurio frutos
y ramas golpeaban el barco, sin
ruido. Y un río de aguas blancas
devoraba el mar mineral. Aquel sol
de Justicia se elevó sobre los volcanes
y las nieves en busca de un
refugio de salvación. Y en la mañana
primera de la conquista sólo
hablaron los pájaros):

amanece en la noche. Babilonia
fue tumulto y Jerusalén silencio.
Salve e ilumina.

CRISTINA CLARIDAD

Yo te adiós
te das cuenta mi lengua la viva
para vos
ya no sabe hablar.
Sal de mí Lima sal Cristina
como un humo sal
tengo frío en mí trae el fuego
de tu voz,
sabés vos el chasquido masco elástico
del arco de tu voz.
Cristina claridad
dame la luz que no diga
nunca yo te adiós.
Cristina claridad en paz.

EL ATAÚD

�tendrás que ir
a donde todos quedarán descarnados.

(Poema precolombino)

Sé que voy a morir. Estoy acostado en mi cama, en la
agonía.
Paralelamente mi cuerpo, mis temblores, mis pasiones,
mis terrores, atraviesan diminutas celdillas. Es decir. Yo estoy
acostado, pero mi todo vertical se marcha por pequeños
agujeritos luminosos que invaden la pieza.
Siento que soy un jugo nuevo, virgen para los milagrosos
huequitos. Sólo yo los veo, porque sólo yo muero.
Un coro de voces y llantos se aleja. Me pierdo en la
luz.

EL GABINETE FANTÁSTICO

Sur la cime d`un mont bleuatre une petite
fleur est née. Ne m`oubliez pas!

G�rard de Nerval

Siento que estos escritos toman un crescendo que sigue
el ritmo de mi mal.
Me es inevitable. Esto es un orgasmo contenido y al
que es imposible retener más.
Que sea el tejido de mi pus más hiriente, de mi fuego
que más odio el que los forme. No puedo más. Me salva el
estado de muerte en que he caído. El estado de sueño que
me bloquea y me espanta. El alarido que me mira con su
único ojo. Muevo los brazos como ahogado. Mi mal Julia,
mi sueño perpetuo, en cadenas, arañante, que te llevó lejos,
a la arena putrefacta de tus mundos cotidianos.
¿Qué has hecho con los treinta dineros? ¿Qué noche
perdonará tus ojos sin mirada?
Descansa Julia, un amanecer más horrible te espera.

EL HIMALAYA O LA MORAL DE LOS PÁJAROS

Segunda aparición del
SOL ANTIVERBAL
sobre la TIERRA-NACIENTE del
TERCER MUNDO y
canto quinto de los PÁJAROS

Hacia el mediodía; sintiendo próxima la tierra que
nacía; la muchedumbre de guerreros intentó un canto de
furia o salvaje alegría pero lo que salió de su boca fue una
blasfemia atroz, un discurso de delirios, y nadie rió y todos
miraron el cielo.

FÁBULAS DEL PURGATORIO

L� Angoisse qui fait les fous.
L� Angoisse qui fait les suicidés.

Antoin Artaud

VI

TRIUNFO DE LA MUERTE
(grabado holandés del siglo XV)

Y la muerte triunfará. Doscientos noventa mil treinta gusanos mascan las galerías. Alas al fin toda carne será asador del primer incendio. Envuelta mi carne, mi hueso tendidito a lo largo te olvidarán, sólo que esta hierba que aún no toca mi boca, mi lengua pronta, tiene conciencia del sol cuadrado que en el cielo redondo hace un sol redondo bajo un cielo cuadrado.

VII

LA SELVA DE CUARZO

Terrible no creen en lo fantástico. Te digo no creen en las salamandras de invierno. En fin. Hay poca plata, viene bien una salamandra de hielo en el fuego.
Ahora no me busques.
Por diez días o más no me busques. Entro en mi selva de cuarzo. Allá no hay sol ni luna. Una eterna lluvia de oro y sangre cae. Yo escribo. Las ramas transparentes gotean oro y sangre entre los arcoiris.

XVI

ERES REDONDO

Un niño para saber preguntó a su madre: quiero la historia de Dios.
Dijo la madre: un niño preguntó a Dios.
Señor, Señor, ¿dónde estás?
Aquí, bebiendo tu sangre.

FRAGMENTOS FANTÁSTICOS

Toute certitude est dans les
réves.

Edgar Allan Poe

1.Hemos cambiado nuestro destino de dioses en un destino de mercaderes.
2.Inscripción al pie de la mujer de Loth hecha sal. Los muros son infinitos. Detrás de este cielo aparente comienzan los Cielos y los Infiernos.
3.Bésame. No en la boca, sino en la Calavera.
4.Golpea la puerta. Si nadie responde entra. Entra y háblale aunque no esté ya más.
5.La cama era blanca. Él era negro.
6.Somounian. Kalebouris. Atail. Ángeles que pudieron existir.
7.Cuando murió mi padre nació su olvido.
8.Subí varios pisos de la torre del mar. Entonces cansado pregunté por el último para dormir.
-Estás aún en los subsuelos- me dijeron.
9.De noche sueño con dragones. Despierto los ignoro pero ellos me muerden.
10.En el último árbol del bosque, comienza el bosque.
11.Estoy tan flaco que no tengo Viento.
12.Blanco volumen del aliento. Porción de la voz. Boca cerrada para siempre.
13.Del vientre al alma una sola agonía.
14.Hace tiempo cayó la noche y descendió el Maligno. Con un dedo me tapa la lengua mientras me dicta lo que digo. Esto será hasta que me cubra la muerte.
15.Pasó un camello, pasaron dos, tres, un mil. Se alzó un viento en medio de un sol desnudo.
Recién entonces me di cuenta que no estaba en el desierto.
16.La necesidad de olvido busca los fantasmas de los muertos como amante.
17.Reza, reza, hasta que se te gaste el Dios.
18.Un sueño me interpreta. No sé si me comprende.
19.Me acerqué y le dije todo al oído. Me susurró: no lo escribas, es un cuento para demonios.
Un momento, dije nuevamente; falta el final, pero para que no lo sepas me voy a morir.
20.En el centro del Infierno hay una puerta. Ahí comienza el Infierno.
21.Con la suave ternura de los locos. La dulzura de los idos de este mundo.
22.Toda música tiene dos partes: silencio y ruido.
23.Dame la nariz, te la cambio por dos olfatos.
24.Junto a la boca crece la cara.
25.¿Oís el paladar? ¿Oís el violín del aliento?
26.Apoyando el oído en la tierra se oyen las asambleas de las Tinieblas y los Muertos.
27.Volveré a escribir esta cosas dentro de un millón de años, en un planeta lejano de otro cielo. Sentado en mi pobre cuerpo.
28.Tenía que cruzar el río. El río navegado por una barca, la barca de Caronte. Le pregunté el precio del viaje.
Éste es —me dijo. Y con el remo me golpeó hasta matarme.
29.Resucita, resucita. Aunque sea para mentirme de nuevo.
30.Era tan blanco su vestido. Tan blanco su pelo, que yo dije: alguien venido del país de los muertos. Ella me hizo que sí, con la cabeza y se dispuso a hablar.
31.Resucita. Resucita. Aunque sea para morir de nuevo
32.Ya sé que hay un tigre cerca de mí y que me mira largamente. Pero mi astucia consiste en fingir que no me doy cuenta que existe.
Sólo de esta forma no me devorará.
33.Cuentan los alatoia; pero los alatoia son un pueblo de mentirosos, proceden de la región más inhóspita de Buenos Aires; pues cuentan que hace millones de años un hombre, un alatoia, para darse muerte a sí mismo le bastaba arrancarse una larga espina que tenía en uno de los lóbulos cerebrales, según el lado: la agresividad, el temor, la locura, etc.
Como casi todos se arrancaban la espina, y Dios, parece, quiere ver gente en Buenos Aires y que sufra, cambió todo el sistema de la muerte propia.
Ahora es mucho más difícil, etc.
34.Libro de los milagros del país de Otra Parte.
Dos leones rugen. En el medio, donde chocan los rugidos se forma un tigre.

FRAGMENTOS FANTÁSTICOS

Estaba admirado que no hubiera máquinas, ni aparatos
siquiera minúsculos. Sabía, sí, que se comunicaban con
otras partes del país. Y con las campanas que estaban bajo
el agua a miles de metros.
Salacai me explicó: a medida que crecía nuestra cultura,
los aparatos se redujeron. Tanto que hemos llegado a
absorber todas las funciones de nuestras máquinas. Ahora
somos nosotros y nuestro vasto interior la técnica, la cultura,
etc. Nos comunicamos a distancia por medio de nuestros
cerebros.

*

Una flor refleja otra que está en Otra Parte.

*

35. Escribir con la velocidad del sueño, el sueño que
soñaré.
�.
43. Cuando me abrió la puerta me fijé más en lo que
quedaba a sus espaldas. Después lo lamenté.
Me trajo de beber y no me miraba. Leímos juntos unos
papeles.
Prendió fuego y me preguntó si veía bien en la luz que
había. Yo dije: Sí.
Por fin no aguanté más. Exclamé: ¿por qué no me mirás?
Tus vueltas.
Él se acercó despacio y se puso frente a mí.
Lo miré a los ojos. No tenía. Su cara como una lámina
de hueso con extraños dibujitos.
Quedé seco de horror.
Caminé, como pude, a la ventana. Y comencé a gritar.
Nadie viene.
Nadie veo.
¿No hay nadie en este mundo vacío? Sólo el horror-
contestó la lámina de hueso.
44. ¡La loca de la casa! La recuerdo aún, con su pollera
campana y su vaga ondulación.
Conservaba de escapulario una soguita, símbolo de la
de Nerval. Decía. Y se tocaba el gañote.
En el otoño se ahorcó y en primavera descubrieron su
cuerpo. Podrido. Es que este clima de Buenos Aires no es
de confiar. Acaba hasta con las flores.

47. ¿Me decís que a tu abuela le robaron la peluca?
Qué horror. Qué humillación.
Qué mano tan suave y rápida debe haber sido.
Pero no importa. Esta noche saldré de caza por las
calles vírgenes en busca de una muchacha de pelo perfumado
y profundo.
Bajo la Gran Luna le arrancaré su pelo, ataré las
arterias como trenzas diabólicas. Le cantaré en su oído,
escucharé mi voz perderse en la concha marina de su
cuerpo.
Luego llevaré el trofeo espeluznante a tu abuela despojada.
Como la mano de un niño descenderá sobre el desierto
diamante mordido por los siglos. Arderá la frente como
una barra de hierro al blanco, me perderé de vos para
siempre.
48. Nunca colocaré gusanos en mis anzuelos. Quiero
ser amigo, siervo, virgen ofrecida ante estos blancos
comedores de mi cuerpo.
49. Extíngueme Señor, extíngueme. Si no tendré que
llamar a los bomberos.
50. Te odio. Perfectamente serio. Y nada hará que me
olvide que estoy solo y que mi leche vital se pierde en las
cloacas. Y mis besos van al espejo. Donde cada día me gusto
menos. Mientras mi alma se deshace alucinada y tremenda.

54. Tengo la sensación del hocico oscuro que me espera.
De aquella que no viene.
De la muerte que me aguarda.
¿Qué será el sol cuando yo no est�?
Nadie percibirá nada.
Mates o te mates, es igual. La noche es lo más seguro.
El dolor es lo más real. El olvido es la memoria del tiempo.
55. ¿Y si fuera la locura una forma patética de encontrarnos,
de contacto con un Universo paralelo? Tal vez este roce
nos trae por consecuencia una alteración de la conciencia,
que expresamos con gritos, delirios, visiones, alucinaciones,
percepción de animales jamás vistos. Rostros
donde la muerte afloró.
Estoy creo, acabado. El cielo se va vengar de mi: el
Infierno lo llevo bajo mi camisa.
La Gloria Eterna para los locos y los niños.
56. Quiero escribir, dibujar siempre, hasta que la
muerte me lleve en un aquelarre de polvo y olvido.

62. San Jorge, por televisión, contó su duelo con el
dragón. Pero su victoria proclamada era mentira. En Otra
Parte el dragón relataba a la vez su triunfo.
Los dragones son terribles. Mejor decir que sí, si, sí.
63. Levanta la voz y canta, canta. Con la voz oscura
del misterio de la catedral. Oh catedral del miedo. Llévate
las ratas hacia el mar.
64. De pie. En la ancha calle. Sin ser visto por nadie.
Prefiriendo el crimen y el Otro Mundo. Niño del país del
Sueño.
65. Del blanco sueño al negro día.
66. ¿Qué terror me habita? ¿Quién espera a mis espaldas?
¿Qué es este profundo hechizo que emana de las cosas
como un humo maldito?
Sólo mi corazón, mi corazón ama el terror. El terrible
cosmos de la angustia espeluznante.
El doloroso grito.
67. Silencio. Espera el amanecer que rasgará los fantasmas
con un dulce aullido.
68. Escribe condenado. Escribe infinito.
69. ¿Qué seré yo en cien años, sino una bocanada lúgubre
entre tablas y olvido? Encantamiento futuro, perdón.
70. He aquí que a tu puerta llamo y no hay nadie. Pero
no hay puerta. Un viento solo, hace tiempo.
71. Yo sueño que yo sueño que yo sueño que yo
sueño�

74. Señor, señor, no te digo señora porque si no pecaría
de amor desesperado por vos.
75. Muerte. Muerte, te digo vida y te cubro de flores y
pámpanos para el Corso Bestial.
76. Estos son los fragmentos de un descalabro brutal
del alma y los testículos, horizonte cargado de trueno y
lluvia sentimental. Oh alma mía!

87. ¿Quién clama? La cóncava esperanza.

I
VIENTRE PROFETA SIN TIEMPO

Yo no soy de ningún siglo.
Vivo ausente del tiempo. Soy mi siglo como soy mi
sexo y mi delirio.
Soy el siglo liberado de toda fecha y penumbra.
Pero cuando muera, el profeta que hay en mí se alzará
como un niño sin moral y sin patria. Un niño loco con
lengua de alaridos. Entonces amanecerá en el millón de
Galaxias.
Madres del futuro; cuidado; cuando muera puedo volver.
Entonces, ay, vientre que me aguardas, dulcísima catedral
de tinieblas.

LOS PATIOS DEL TIGRE

El tigre, aquel espejo del
odio y el espanto.

von J�cker, siglo XVIII

Fueron siempre los pájaros los que anduvieron en los patios de mi infancia.
A la claridad del canario se sumó el gritito entrecortado del calafate, el vuelo diminuto de los bengalíes. Algún mono hubo, pero fue efímero.
Agregaba mi abuelo a la magia reinante sus oros de Gran Maestro. Sus libros que, de a poco, fueron siendo mis pájaros.
Un tío viajó y en una gran jaula trajo un tigre. Lo aseguraron a una cadena y esperaron que lo viera.
Su garganta me llamó; aparecí.
El espanto y la maravilla me helaron.
Desde ese día los patios dejaron de ser tales. Fueron selvas de mármol y mosaicos gastados en donde el terror habitaba.
Era feliz. Tocaba el misterio a diario y no desaparecía. Me acostumbré ávidamente a lo extraño.
Cuando alguien ordenó su encierro en el Zoológico, lloré.
Entonces comenzaron mis fugaces visitas; temblaba cerca de su jaula. Su rugido era música tristísima para mí. Le imploraba a su memoria de fiera el recuerdo.
El día en que me fui a despedir de él para siempre me olió, detuvo su andar en círculos. Una sombra humana le cruzó la mirada. Intenté tocarlo. El griterío prudente me clavó en el piso.
Pensé un adiós, suavemente me marché. Más tarde supe de su muerte. Su carne fantástica se juntó en el polvo a otras carnes.
He crecido. Guardo de mi infancia sus huesos en mi alma, los libros en mi sangre.
Pero cuando llegue el fin y me miren los ojos que aún no he visto, pienso que será el tigre incierto de la locura el que me lleve tanteando a la nada, aquel tigre de titubeo y delirio del suicidio que en su boca me ahogará clamando.
O tal vez mi viejo tigre, rayado por la piedad, quiera devorarme como a un niño.

* Nació en 1932. Desaparecido en 1976.

MEMORIAS DE MI MUERTE

L`universelle folie me gagne.

Antonin Artaud

NAVIDAD EN LOS INFIERNOS

Y será la muerte mi única
recompensa,
el infierno mi única
esperanza.
Sientan las llamas hermanos.
Oh Dios, vacío Santo. ¿Qu�
lazo, qué oculta semejanza
confunde los abismos celestiales
y el minúsculo dibujo de
la palabra ATROZ?

SENSACIÓN PÚRPURA

Descendez, descendez lamentables victimes.
Descendez le chemin de l`enfer éternel!

Baudelaire

SONIDO DE LA VOZ HUMANA

Llueve húmeda será la luna cortada a ras del cielo sangriento
que me cae.
Por cada vez siempre
me pongo y salgo
con mi corazón de sol sobre el horizonte.
Daré a todos
la puesta de corazón aquella
de las seis de la mañana del día más puro.
Hago la noche hago de cuenta que hablo visible invisible.
No seré de los de un hierro y un alma solos.
Luz no olvido lo que imagina mi sangre en tus venas mi
boca que no es mía.
Soy mil por mil a cuatro costados
un cuerpo mundo de mil lenguas.
No olvido créeme no olvido
acabo de nacer no olvido para siempre.

TERCERA PARTE (La Tierra Naciente)

Y es el hombre un ser desnudo al
cual todas las cosas le son ajenas.
Y nada, nada posee aunque jure
por el sueño poseer algo. Y es su
voz: silencio y yerra entre sombras,
AUSENTE.

Aquí comienzan los nueve días de mil años en los
montes y en los valles de la Tierra que huye de noche a noche,
siempre.
Bajaremos con armas y banderas en la playa de esplendor
y nuestro será el génesis de alma por alma el enigma de
la Tierra Naciente.

Oriente libera un sol que devora
Occidente.

Primer día:
Desembarcamos en Tierra-Firme y en nombre del reino
lejano que nos enviaba, bajo banderas de rapiña, comulgamos.
Y toda alianza fue rota con el cielo.

Segundo día:
Los jueces del Santo Oficio celebraron su oficio santo
en los acantilados y la sangre de su sacrificio cayó al mar.
Y fue púrpura y muerte hasta el mediodía.
Y un Sol Negro se elevó de las aguas.

Tercer día:
Atravesamos la selva, un valle hasta las montañas de
obsidiana y en sus cuevas transparentes tuvimos pesadillas.
Y nadie habló por mil años.

Cuarto día:
Siete de los guerreros, aterrorizados por sus sueños, se
extraviaron en las cuevas y siete soles de hierro cayeron al
centro de la montaña.

Quinto día:
Tres sacerdotes, poseídos por el ángel de la locura, llenaron
con su sangre el cáliz ritual y lo volcaron en las flores
en honor al dios desconocido de la Tierra-Naciente.

Sexto dia:
Vienen hacia nosotros ocho mujeres de carne oscura y
ojos de obsidiana y siete de ellas, en el centro de la cueva
de los sueños terribles, se lanzan al abismo y en el corazón
de la montaña; aquel que en el día cuarto hizo de siete
guerreros soles de hierro para un cielo final; siete lunas nacieron
en sus casas de agua.
Y la octava virgen del país desconocido y ya próximo
quedó y fue compañía de la confusa legión de guerreros;
amor y verbo de su Capitán; y se la llamó Marina por blasfemia
y rezo a los dioses del mar.

Séptimo día:
Marina, espejo nocturno de Aquelarre. Ungida en flores
salvajes y con triple corona de cuentas de vidrio miraste
hacia Tenochtitl�n y tu voz huía entre espadas.

Octavo día:
Aguas divinas sin fin rodean este imperio de Templos
de fuego. Y ya señales en el cielo hacen turbia y triste el alma
del Señor del Sol. Y pronto todo ha de ser un campo
de pedernal vacío bajo un aire l�vido y quieto.

Noveno día:
Llegados a los altos de un monte y avistada una ciudad
el Capit�n miró a Marina

(y en el noveno día, en la novena
puerta de la gran Serpiente Marina
fue �AQUELLA, oh Virgen de
las Energías. Novia de la Infancia,
incendió; Soberana del Dia�. Y
no habló y señaló una calle)

��seguí la dicha calzada, y a media legua antes de llegar
al cuerpo de la ciudad de Temixtitan, a la entrada de otra
calzada que viene a dar de la tierra firme a esta otra, está
un muy fuerte baluarte con dos torres, cercado de muro de
dos Estados, con su pretil almenado por toda la cerca de
toma con ambas calzadas, y no tiene más de dos puertas,
una por do entran y otra por do salen� Hay calle de caza
donde venden todos los linajes de aves que hay en la tierra,
así como gallinas, perdices, codornices, lavancos, dorales,
zarcetas, tórtolas, palomas, pajaritos en cañuela, papagayos,
búharos, águilas, falcones, gavilanes y cernícalos�
Hay calle de herbolarios, donde hay todas las raíces y yerbas
medicinales que en la tierra se hallan� hay tanto que
escribir, que certifico a vuestra alteza que yo no sé por do
comenzar que pueda acabar de decir alguna parte de ellas��

(bajó Marina por el sendero de
piedra y con ella el ejército y
lento-frío un Sol Negro ocup� el
cielo).

Quedé en el monte solo y el cielo volvió a la luz: una
luz que abrió selvas; así descendí o caí por la ladera de
oriente hasta la entrada de una cueva o templo natural. Caminé,
sin saber, y a orillas de un lago interior de aguas como
vidrio dormí.
En el sueño vi y siento que es la cueva la soñante de sus
acantilados y su cúpula infinita que cuelga; atroz; sobre el
lago de los esmaltes o todo el peso del mineral contra el
aire inmóvi. Tal vez el vasto silencio, en su temblor, engendra
y devora vida y muerte en su eterno retorno. Vi
una sucesión de murallas y todas ocultaban patios, patios
de losas oscuras, y Aquelarre me miraba quieta y lejana
siempre.

HIMALAYA casa de profecía, nieve de un milenio
del sol, acuérdate del VERBO de su corazón; pues ha de
venir la Noche ha de nacer.
Dijo y pasé mil patios y en el último vi sólo a marina
que deliraba en el más triste de los sueños.

VENIDA A LOS CIELOS

de como fui a buscar una lengua
y tuve que descender hasta quien
sabe cuándo.

VI

AMANECE TINIEBLA ESPANTOSA

Aquel sol que muerdo inflamado de aguas negras es mi
amor crucificado en mi sexo.
Vienen a mí velos de tierra y relámpagos un solo horizonte
de dolor busca en el cielo al dios desesperado.
Su altar es mi vientre, entre una hierba de luz dormida
saltan muros cúpula de alaridos
Señor de rodillas
esperanza del niño perdido.

VISIÓN DE LOS HIJOS DEL MAL

1
Afuera oigo la lluvia, adentro siento la lluvia. Mi cuerpo
de barro se deshace.

2
En medio de ruidos y terrores clama una voz. Llega a
mí solo. Es el grito del Espíritu que me posee. Adivino su
mensaje. Mi horrorizada lengua sigue su ritmo maldito.
¿Hasta cuándo paredes de mi cráneo? Hasta que sea
colmada la eternidad.

3
La única verdad que poseo es mi muerte. La única
mentira es mi vida.

4
De la noche vengo. A la noche voy. Un solo relámpago
de luz turbia mi cuerpo.

5
Esta espantosa reliquia del dolor: la alucinada memoria.

8
De madera era el bosque, de carne tu cuerpo, de sangre
el olvido.

9
Escribe mientras sea posible. Escribe cuando sea imposible.
Ama el silencio.

11
Abre la puerta, la única puerta. La puerta del Sueño.

12
Mata el pájaro. Guarda el canto.

13
El Espíritu Santo a María: te haré concebir pero seguirás
siendo virgen, para que yo no tenga celos de mí mismo.

14
¿Adónde me conducirá la locura que no sea al corazón
de los hombres?

15
El dios de la antimateria teme la caída en el infierno de
la materia.

16
Electra, premonición de la Virgen María. Embarazada
por el Espíritu de su padre engendra el crimen.

17

Un pájaro canta, canta la canción de la sangre en un
mundo de polvo y agonía.

18
Sol, recobra en tus fauces el mar que te ha sido prometido.

19
¡Oh, mapa de tu boca, mar de tu vientre, infierno de
tu sexo!

42
Tu boca está llamando a alguien que eras y que te mira
en silencio.

45
Esto ya no es dolor. Es mi esqueleto que arde dulcemente.

46
He descendido a mi alma. Me he visto, a mí mismo,
crucificado.

50
¿Quién, quién ha puesto los clavos? ¿Qui�n los maderos
para que yo viva en esta Cruz?

53
¿Quién se ha puesto en mí como un sol moribundo,
quién hace la noche en mi cuerpo?
¿Quién mama en los pechos de mi madre?

�.

58
Cuando la blasfemia crece siento que rezo.

64
Tigre, áspera reja de la terrible sombra.

87
Dibujo soles porque no puedo ver el día.


89
Temo el sueño, temo la vigilia. Temo vigilar el sueño,
soñar la vigilia.

91
Quiero tocarme por última vez, despedirme para siempre
de la carne que habité.

93
¿Oyes, oyes la lenta luna cortar la cara de la noche final?

107
¿Quién me llamó Prometeo en el vientre de mi madre?
Sólo soy Orfeo que perdido en su infierno sigue a su alma.

112
Escribe poesía celestial con verbo demoníaco o lo que
es mejor todavía habla del Infierno con la alta pureza de
un dios. O ahórcate, cumple las dos poesías.

127
Llegado al Monte Calvario soy Transmutación y Pricipio,
alquimia de oros, plenitud. Anochece. ¿No notas en
lo que escribo que anochece?

VISIÓN DE LOS HIJOS DEL MAL

Broten espadas
que allá donde tiemblen gargantas
besarán odios.

(Anónimo del siglo XVI)


V

ANALOGÍAS

No cruces una plaza en la noche bajo los esmaltes del
ruido lejano de soles en llamas. Espera la lluvia que apague
en la hierba la sombra del alto cielo.

Ya cuando cierres un mueble de aquellos de caoba con
fulgores a madera dormida, ábrelo con furia. Tal vez sorprendas
extrañas ceremonias de pañuelos, huecos murmullos
en trajes, temblor de lienzos, una larga luz ahogada en
huida a través de pliegues y cartas perdidas.

VII

EPÍSTOLA DE SAN PABLO A LOS MAYAS, INCAS Y
AZTECAS

Tendréis que esperar. Errar en sombras. Renacer en
toscos cielos de jaspe y herrumbre. Pero en el decimoquinto
siglo de nuestra era caeremos sobre vosotros.
Vuestros templos de oro atravesarán el mar. Todo vigor
será castrado. Cada amanecer será pecado mortal. Diezmaremos
vuestro pueblo, los que se salven serán bautizados.

YO TE ADIÓS

Muere. Retorna al polvo.
Resucita en mi sangre.

(Exorcismo medieval)

Inclinado sobre vos

Se rompen las magias
ah. Hace un mes en Lima Cristina
salió mi corazón.
Abre una puerta entre las flores
alguien viene
alguien va ah mi corazón va.
Siente como las nubes de Lima sin agua
me acompañan
pero vos no vos no a las flores
mi agonía mi limpia dormida en Lima
a cinco mil kilómetros de aire
quedas.
Quién sabe si por los cielos has de volver
como yo cómo con las dos manos
yo te besé.