CHAMINAUD, TIBOR
ALEGRÍA

Si sufres
con tus lágrimas
que ríen,
y ríes
con tu risa que solloza.
Nunca te vi más linda
y más hermosa
¡cuando riendo, lloras,
cuando llorando, ríes…!
De La Voz del Viento

ANHELO

Yo quisiera encontrarte una tarde
a la vera del parque sonoro
y tener en mis manos el oro
de tus rubios cabellos y hablarte
de las cosas que nunca dijimos
del secreto que nunca aclaramos
de las medias palabras furtivas
del andar de los años.

Yo quisiera encontrarte una tarde
y tener en mis manos el oro
de tus rubios cabellos y hablarte…

BUENOS AIRES

Por tus calles sin alma Buenos Aires
se entremezcla febril la muchedumbre.

¡Pobres tus hombres de mitad de siglo
sin sueños y sin luces!

Por tus calles de Sangre Buenos Aires
los poetas se hunden.

¡Tristes tus seres de mitad de siglo
sin sueños y sin luces!

Por tus calles de lodo Buenos Aires
yo he perdido la lumbre.

¡Miserables los hombres que han robado
mi juguete de luces!
De La Nueva Aurora

CAMPOS

Mediodía. Vapores de azufre y de tolueno
levantan de los campos turbio vaho de alcohol.
Se desploma la lluvia en cascadas de truenos
y extiende por las lomas su pincelada el Sol.

CARPINTERO

Me trajeron un trozo de madera
olorosa de bosques y de tierras
armónica de vientos
destino de algún nuevo
stradivarius
añorando la proa
de algún barco
navegador de mares.
Vistiéndose de flecha
para beber
el azul infinito
del espacio.
Con un algo de humo
y un relumbrar de fuego
y de cruz
y de Gólgota
y de cielos.
Me trajeron un trozo de madera
para vestir a un muerto.

CHE

Ahora que estás allí en el Altiplano
muerto por siempre
pero siempre vivo.
Sonriente aún con la mirada clara
como intuyendo el porvenir del Hombre.
………………………………………………..
Por ahora seguís mi viejo amigo
con la eterna sonrisa a flor de labios,
allí en Bolivia donde ya comienzan
a florecer los frutos de tu hazaña.
1967
De My Lai, 1970

CONSTANCIA

Si mi senda dejaste porque un día
te fuiste persiguiendo otra canción,
yo sigo siempre tarareando aquella
que dice al mundo en su cantar:
Tú y Yo.

CONSUELO

En esta tarde, copa de cristal
celeste y roja, blanca y esmeralda,
sobre el blando refugio de tu falda
dejé olvidado, sin querer, mi mal.

CREPÚSCULO

Va naciendo la noche de alabastro
y en el cáliz nupcial la tarde quieta
vierte su adiós en lánguidos violetas
bajo el silencio de oro de los astros.

CRISTO

En una cruz lo colgaron
en medio de dos ladrones.
¿Fue culpa de los ricos?
¿Fue culpa de los pobres?
En una cruz lo colgaron
para escarmiento del Hombre.
Sigue manando su sangre.
Siguen andando sus voces
en el día y en el alba
y muy entrada la noche.
Si hoy volvieras viejo amigo
te colgarían los hombres.
Gobernante, con tus actos
todos los días lo cuelgas.

CULPABLES

Si las deudas y el clan nos fagocitan
¡qué bien nos gobernaron desde Mayo
los grávidos doctores de levita
y los otros de espada y de a caballo!

DESENCUENTRO

Los mutantes
andan de contramano
por el mundo viejo
del siglo veinte.

ESPERANZA

Cuando todos se olviden de tu pena,
cuando nadie se apiade en tu dolor,
vuelve hacia mí, florecerá en mis labios
el viejo canto del amor:
Tú y Yo.

ETERNIDAD

Sobre mi falda
se sentó la Vida.
Le peiné los cabellos
que eran largos
como la cola del cometa
Halley.
Pude ver su mirada
que llevaba
un Aleph en el centro.
Hablamos
de los Hombres,
y los Dioses
repitieron mil años el relato
que hacíamos
jugando.
Sobre mi falda
se sentó la Vida.
En sus manos
llevaba
las Galaxias
bailando como trompos.
1981

GALAXIA

El viejo pino que frunciendo el ceño
con el vibrante hachazo, fiero abrumo,
será mañana transformado en leño
tan sólo un poco de ceniza y humo.
Mi cuerpo que es madera, canto y sueño,
fresca ternura, sencillez y sumo
final, será como lo fuera el leño,
tan sólo un poco de ceniza y humo.
Acaso pasen mil generaciones
y no vuelva de nuevo la Galaxia.

GALERÍAS DEL ALMA

En homenaje al inolvidable
poeta español Antonio Machado.
Cuando llegue la verdad
a visitarnos
y se adormezca la llama
de la lámpara
en un largo final sin horizontes,
habrás de caminar por los salones
profundos del misterio.
Por esas galerías
donde el alma
rememora
los versos que leías
allá por los caminos
¡tan lejanos de niño…!
Leías los poemas
de Machado.
Los mismos
que hoy recuerdas
después de muchos años.
Ahora
es cuando vuelven
tus queridos
poetas
de la infancia.
Ahora
cuando tiembla
la lumbre de la lámpara
ellos,
vuelven envueltos
en la bruma
y en la pátina
transparente
del tiempo…
Pedroni…
Banchs…
Neruda…
Baldomero y Delmira…
Y como siempre
el cabalgar del Viento.

GURÚ

Tu voz se quiebra.
Tu lámpara
pequeña
no da luces
y se ha roto
la Máquina del Tiempo.
Poeta:
como siempre
solo
llevando el Universo
a cuestas.

INFANCIA

El campo de Entre Ríos profundamente verde.
Cuchillas, lomas, ríos, álamos y fragancia.
Y tras el horizonte que a lo lejos se pierde
un niño que se azula de tiempo y de distancia.

INVIERNO

Como una niña en su percal sencillo
se abría el duraznero.
Triscaba el agua del arroyo de oro,
azul estaba el cielo. Sólo yo, taciturno y cabizbajo.
Pálido como el Invierno.
Sólo yo como un Pájaro de Noche
con mi sombrero negro.

LA PÁGINA BLANCA

Nadie escribe en la página
vacía.
Mejor que quede así
sin una sombra.
Los pensamientos
matan las ideas.
Sólo los dioses
piensan.

LA VIEJA CANCIÓN

Cuando todos se olviden de tu pena
cuando nadie se apiade en tu dolor
ven hacia mí que esperaré tu encuentro
cantando como otrora esta canción:
juntos iremos por el mundo, juntos,
los labios siempre, junto el corazón,
no importa donde, ni el camino importa,
siempre cantando nuestro amor:
Tú y Yo.
De La Noche y Otros Cantares, 1949

LEMU RUCA*

Levantamos
la cabaña
en lo alto del bosque.
Rodeada de cohíhues
milenarios
y de rojas aljabas
que columpian
sus flores en el bosque.
En el otoño
con sus rojos ñires
y la sangre
radiante de sus lengas.
Y en primavera
con el oro
fúlgido
de sus retamas.
Y ahora que es invierno
como un gran monje blanco
se vistió la montaña.
Como un gran monje blanco
que nos mira
estático y solemne
desde el profundo cielo.
De Luces en la Noche, 2005.

ME PONGO VIEJO

Como las hojas del jardín y como
los árboles del huerto,
sin atenuantes falsos y sin vueltas
me estoy poniendo viejo.
Y sin embargo tú revives cada
día que pasa como un árbol nuevo.
Si parece que soy el tronco añoso
sobre el que brotan tus retoños frescos.

MIS ROSAS

Frescas y radiantes. Casi luminosas.
Mis flores que sueñan bajo el fino tul
de sus devaneos, como mariposas
de rojo coronan el jarrón azul.
Fulge el verde-nilo del sofá vacío.
Vaga el pensamiento: París, Estambul…
y en el plenilunio radiantes las rosas
rojas, atemperan el jarrón azul.

MUJER

Como su nombre árabe tiene candor de estrella.
Su voz es una triste canción amanecida.
Nunca olvidéis poetas al cantar: es por ella
que se abren sobre el mundo las flores de la vida.

NIÑOS

Este pequeño y sucio rapaz de las propinas
que sigue a los que vienen y ruega a los que van,
es la figura magra del niño de Hiroshima,
del párvulo de Harlem, del chico del Vietnam.

NO HAY HOJAS EN LOS ÁRBOLES

En los caminos
ya no queda gente
ni hay hojas en los árboles.
Sólo vagan las voces
llevadas por el viento
bajo un llanto de úteros vacíos
y miradas sin lágrimas.
Y las voces
se alejan de la vida
más allá de los sueños,
donde,
no llegan los hombres que diezmaron
a su tierra
y dejaron un páramo.
Desde lo alto
bajan las estrellas
sus ojos en la noche.
En los caminos
ya no queda gente
ni hay hojas en los árboles.
1981

POEMA 1

Del Brasil —Botacutú—
viene tu nombre y no tú,
Padre José Eduardo Augusto.
Vienes en letras de molde
porque tu sotana está
por tercera vez en su
calabozo del Ejército.
No más ayuda al mensú,
no más volver hacia Cristo,
porque en Brasil está visto
se acabó la gratitud.
Del Brasil —Botacutú—
viene tu nombre y no tú.

POEMA 2

Al padre Pereira Neto
lo mataron en Brasil
por acordarse de Cristo.
En este tiempo está visto que sigue siendo Alguacil
de los pobres el Ejército.

QUIOSCO

Miles de revistas.
Color y lecturas.
El quiosquero dice
que él también aspira
y además suspira
por el Premio Nobel de Literatura.

SOLEDAD

La noche se ha dormido en un profundo
sueño de estrellas…
Tú también dormirás allá muy lejos
con mis dos hijos a tu dulce vera.
Yo, me he quedado triste aquí en la noche
vacío el lecho como un banco solo
en una plaza donde nadie espera.

SOLEDAD

Descolgaste tu traje de verano
de la percha del Tiempo,
y como un duende
te fuiste con las nubes
recorriendo
los caminos del aire. Después de mucho deambular
detienes tu larga caminata.
Pero ya nadie
desea que retornes.
Todos,
temen escuchar tus palabras.
Cuando quieres hablar,
ellos se alejan.
Se tapan los oídos.
Fingen que no has llegado.
Poeta,
¡te has quedado solo…!
Sin embargo,
tus versos iluminan la noche
como perlas.
De Antología, 1982

TÚ Y YO

Tú y Yo. Tú y Yo. Como resuena el canto.
Como vuelve de nuevo la canción.
Tú y Yo. Tus ojos, tu reír, tu llanto.
Tú y Yo. Mis versos, mi cantar, mi amor.
Tú y Yo. Tú y Yo. De nuevo el embeleso.
De nuevo el palpitar del corazón.
Tú y Yo. Mis labios, mi mirar, mis besos.
Tú y Yo. ¡Tu muerte, tu partir, tu adiós…! Y sin embargo, vuelve por las noches
y somos como siempre al conversar:
Tú y Yo.

VIRGINIDAD

Canta el reloj nocturno sólo una
dormida campanada a la distancia
y en el lecho de nieve tu fragancia
sube al abismo azul junto a la luna.

VISIÓN

Voy andando
el camino
tomado de tu mano
y hay álamos dorados
perdiéndose a lo lejos
en la montaña azul.

VOCES

Hay voces
que estuvieron siempre
aquí
en la Noche,
llamándonos.