HIRSCH, JORGE
¿CUÁL ES LA MEDIDA DEL TIEMPO?…

¿Cuál es la medida del tiempo?
¿Qué distancia miden los pasos?
Entre el ser y el no ser,
un abismo divide las orillas
por donde transitan los días desolados,
los minutos, que estallan en esquirlas del presente.
Todo transcurre en imperceptibles destellos,
bajo la mirada ausente de un hacedor
que oculta su rostro a la barbarie.

ACASO LOS SUEÑOS….

¿Acaso los sueños que lindan con la luz
no tienen derecho a nacer?
Palpo en la penumbra mi cuerpo y soy.
Tiento mi costado y es ella.
Amanece lento mi interior y me entrego
como ofrenda a sus propósitos.
Olvido los sueños entre trazos misteriosos
y la realidad naufraga
bajo ojos vendados.
Inéditos

BAJO LOS NUBARRONES…

Bajo los nubarrones
de un lamento pronto a romper,
tus ojos de ausencia
se llevaron lo que escondías.
La tormenta nos sorprendió
en aquella plaza
y se desvaneció de pronto
la realidad
como un relámpago.
Vi alejarse por el sendero,
sola, tu figura mojada
y esperé sin esperar
tu mirada por sobre el hombro.
Te perdiste, te me perdiste.
La lluvia desbordó mis ojos.

DESDE EL INSTANTE EN QUE LA LUZ…

Desde el instante en que la luz
asoma a los ojos,
comienza el descenso
hacia la oscuridad continua.
Somos sombras
ocultas en el espejo,
una suma de incertidumbres,
un espejismo
creado por Dios en el desierto.
Somos hálito divino
o un sueño que se sumerge
en la noche ineludible.

DOS COLUMNAS DE FUEGO….

Dos columnas de fuego se abren paso
a través del corazón del universo.
Columnas primigenias
donde nace el claroscuro
que apuntala al mundo.
Columnas desvencijadas
carcomidas por el tiempo.
Columnas filisteas,
sobre las que se erige,
un templo de vanidades.

DULCE MELODÍA….

Dulce melodía
que paraliza el tiempo.
Aislados del mundo,
la única partitura
desciende del universo.
De El frágil equilibrio de los cuerpos

EL ÁRBOL SE DESPRENDIÓ…

El árbol se desprendió
de la última rama que lo ataba al cielo.
Desnudo,
sufre el abandono de la palabra.
La madera añosa cruje un lamento
al oído de la brisa.
Susurra en la soledad sus memorias
en el centro de la plaza.
Su verdugo será el viento
o el olvido
de quién jugaba bajo su sombra.
Inéditos

EL CANTO DEL RÍO…

El canto del río
lame los bordes del silencio.
Conjura con su melodía
esta naturaleza nocturna.
La mirada de la luna,
siempre indiscreta,
hechiza con su claridad
un sueño eterno. Un cinturón de colinas
que nacen desde la epidermis de la tierra
es el único testigo
de estos labios transgresores.

EL SILENCIO ES POESÍA….

El silencio es poesía,
despojada de palabras.
Cuando el idioma de los ojos
ocupa los espacios del verbo,
los versos nacen
en territorios del alma.
El silencio es poesía
oculta en los secretos de la mirada.

EL TIEMPO EXHALA TIEMPO…

El tiempo exhala tiempo, horas sobre los tulipanes del balcón.
Las masetas heridas se desangran
sobre las baldosas quebradas.
Los gorriones no sobrevuelan el abandono,
y niegan su complicidad con la muerte.
Los tulipanes mueren de pena,
de pena agonizan sus colores.
Bordadas de años,
las manos que todas las mañanas
los acariciaban con brisa temblorosa,
se han ido, nadie sabe a dónde,
pero se han ido.
Las ventanas se cerraron
y se abrieron las melancolías,
se cerraron para siempre
y el sol,
va secando la tierra que ya no alimenta.
Mueren allí: solitarios, silenciosos, descoloridos,
resignados a un lugar de nacimiento
y sepultura.

EN EL TIEMPO

Dios se escondió frente a tanto espanto,
asombrado, se dijo: “si éste es mi fruto, ay de mí”.
Y difuminó el rostro entre sus manos.

En el tiempo,
busco entre los gases inertes la imagen de mi padre,
lo busco entre las letrinas donde fuimos excremento,
lo busco entre las barracas, parcelas turísticas
tan lejanas de aquel espacio
donde los huesos hambrientos
enfrentaban el sueño o la muerte.
Camino por el campo y sé que piso dolor,
mi propio dolor empozado en el recuerdo.
Camino por el campo y soy cuervo
que busca la carne de la ignominia.
Camino por el campo y me derrumbo
en la impotencia del pasado.
Cuánta simiente perdida,
cuántos pasos que nunca se darán,
cuántas voces enmudecidas
en gargantas secas de sed;
cuánta ceguera, mi propia ceguera.
Que la sombra arda en mis ojos
para no ver el espanto que aún esconde
el cartel que reza:
“el trabajo nos libera”

ENREDADO EN SÁBANAS…

Enredado en sábanas de ausencia,
sueño ojos que sueñan ojos,
acaso los de ella.
Quiero soñar que sueño y en ese intento,
soñar su enigmática quimera.
Me hiere el frío del abandono
y despierto a esta realidad
que me sueña en un sueño lejano,
nebuloso, ajeno.

ESTA PRIMAVERA QUE SE INICIA….

Esta primavera que se inicia en tus ojos
deja sus primeros capullos
adornando las ventanas del alma.
Una luz intensa
conquista los rincones
donde anidan mis manos perdidas.
Cálida experiencia,
volver a despertar
en un mundo de sensaciones olvidadas.
Sentir la brisa
jugando con los pensamientos
que se mecen
en tu mirada profunda.
El sol ya no lastima,
la noche abre el espacio
al lenguaje mítico de las manos.
Rodear tus límites y volar, contemplarte hasta que los pájaros
aniden entre besos.
Sentir los cuerpos entrelazados
rezagando el día.

FUEGO DE ALAS….

Fuego de alas
que arden presurosas
resumiendo el instante.
Colores que beben
la esencia del sol.
El tiempo no tiene medida,
las horas agonizan
al ritmo de los sentidos. Un instante es eterno
si caben en él
todos los sueños.
El aire transporta tu luz

HAY OJOS EN TODAS PARTES…

Hay ojos en todas partes, nuestros propios ojos
que recorren el tiempo yendo y viniendo
detrás de imágenes y sueños recostados en la memoria.
Son ojos atentos, melancólicos
bebedores compulsivos de horizontes ajenos
donde la luz no resigna su estadía
hasta el último instante de la luna. Hay ojos entregados a las primicias
que vienen al mundo para devorar lo ignorado.
Y los otros, consumidos por el tiempo,
recorridos por ríos de sangre que desaguan en el dolor,
fatigados de medir distancias, latidos.
Ojos que buscan el ojo creador oculto bajo tanta miseria.
Pero sobre todo hay ojos,
para dar sentido a las cosas que nos asedian
y que no ven.

I

Sediento de tus orillas,
navego agua de retorno.
Busco el camino inmaterial del pasado
bajo un cielo consumido por tormentas
y encuentro remolinos girando entre recuerdos.
Presumo la pasión cuando el fruto inmaduro
cae del árbol en un instante suicida
y derrama la semilla en la boca del aire.
La razón se agota en desencuentros y acertijos,
cierra las fantasías,
detrás de los párpados clausurados en el sueño.
Los cuerpos exploran el acaso de nuevas sensaciones,
ignoran el rocío en las profundidades de lo prohibido.
Zozobran las manos entre los pliegues de la carne salobre
y las naves inevitables se hunden en el mar tiempo.

I

Las sombras brotan en la noche,
fluyen de los espejos
y abandonan la luz,
los estantes profundos,
los pisos trémulos.
Se desprenden de las paredes
para invadir el cuarto,
este cuarto solitario donde busco sorprender
el sueño esquivo.
Sombras que intentan detener el tiempo
deslizándose entre latidos.
Me resisto a la paz del cementerio,
a la geometría de los mármoles
donde los vivos pasean su dolor mezquino.

II

Ahora eres habitante de las profundidades,
segmento de recuerdo,
navegante de olvidos,
náufrago de alucinaciones.
Cuando intento recordar aguas que un día atravesé,
sólo encuentro bruma que devora
y me arroja a lejanos remolinos.

II

El cuarto se desvanece,
los párpados caen derrotados por la noche
y la batalla continúa en la hondura de las pesadillas.
Ahora son los fantasmas más temidos
los que baten sus alas para espantar al niño muerto.
Quiero que la luz me roce,
que las llamas de la creación quemen mis poros.
El fuego consume las horas,
la carne,
los sueños;
y no tengo fuerza.
El tiempo exhala tiempo,
horas sobre los tulipanes del balcón.
Las macetas heridas se desangran
sobre las baldosas quebradas.
Los gorriones no sobrevuelan el abandono,
y niegan su complicidad con la muerte.
Los tulipanes mueren de pena,
de pena agonizan sus colores.
Bordadas de años,
las manos que todas las mañanas
los acariciaban con brisa temblorosa,
se han ido, nadie sabe a dónde,
pero se han ido.
Las ventanas se cerraron
y se abrieron las melancolías,
se cerraron para siempre
y el sol,
va secando la tierra que ya no alimenta.
Mueren allí: solitarios, silenciosos, descoloridos,
resignados a un lugar de nacimiento
y sepultura.

LA VIDA CREPITA…

La vida crepita
en la hoguera del tiempo.
Las horas restan futuro
y arriman pasado.
Sólo quedan retratos
colgados de muros transparentes
prisioneros de la memoria.
Vivir es la fuga de un instante.

LAS BALDOSAS DEL PATIO…

Las baldosas del patio
olvidaron la huella
del dueño de la casa.
Solitarias,
opacaron su luz
abandonadas en el tiempo.
Ya nadie recorre
con paso lento
los caminos de la casa.
Solo algunos gatos
desafían el olvido.

LOS PÁRPADOS DEL UNIVERSO…

Los párpados del universo,
vencidos tras un largo día,
descienden lentamente hacia el vacío.
El misterio se apodera del espacio
e inagotables fantasías
se estrellan contra la cara del mundo.
Los soles se extinguen,
uno a uno,
y sólo la luz tenue
de las luciérnagas
sirven de guía al abandono.

SI ME VIENES A BUSCAR….

Si me vienes a buscar, reina negra,
te pido lo hagas
en la intimidad de la noche.
No opondré resistencia
a tu viaje inevitable.
Pero ruego no te anuncies.
Entra en mi cuarto
(tal vez esté dormido)
tómame entre tus brazos
y emprendamos el viaje
entregados al sueño.

SILBA EL ÁRBOL…

Silba el árbol la melodía del viento.
El vuelo del pájaro
roza el mediodía.
Las hojas tiñen
el aroma de verde.

SOMOS LOS JUGADORES….

¿Somos los jugadores
o tan sólo los dados de un furtivo cubilete?
Una mano invisible
agita el destino
en cada jugada.
El libre albedrío
es una ilusión
oculta tras el enigma
del rodar de unos dados.
De Retratos Segundo Instante

TE QUIERO ASÍ….

Te quiero así:
en capítulos breves
y eternos, cálidos.
Te quiero así: recostada en mi cama,
desnuda y en entrega.
Te quiero así:
terciopelo en las manos,
puro aire que respiro.
Así�
aunque no te tenga.
De Retratos

UNA LUZ IRREBERENTE….

Una luz irreverente Una luz irreverente
pone en fuga las sombras.
Invade estos rincones
ahuyentando los recuerdos.
La luz no respeta los espacios
en su afán de conquista.
La luz
a veces
hiere los ojos.

UNA RAMA DORADA….

Una rama dorada Una rama dorada
flota en el espejo.
El ave solitaria
se posa sobre ella
-suavemientras
la brisa
es guía sin horizonte.
Lejos, el sol
se despide pausado.
Serenamente
descuelga la noche.

VUELVO A EXPLORAR CAMINOS VAGABUDOS…

Vuelvo a explorar caminos vagabundos
y enfrento adoquines floridos de tiempo.
Busco historias que no fueron, sueños desvelados,
realidades paralelas.
Tropiezo con aristas pretéritas
sin advertir que somos lo que somos
y no anhelos inevitables que modifican el designio.
Tropiezo con la misma sombra,
temeroso al abandono en las manos de la noche.
Tropiezo y avanzo.
Arribo a los territorios de la infancia
donde encuentro el calor sofocante del destino.
Y me detengo,
conciente de saber que más allá: el abismo.
Vacío, retomo mis pasos.