PIZARNIK, ALEJANDRA
A PLENA PÉRDIDA

Los sortilegios emanan del nuevo centro
de un poema a nadie dirigido.
Hablo con la voz que está detrás de la
voz y emito los mágicos sonidos de la
endechadora. Una mirada azul aureolaba
mi poema, Vida, mi vida, ¿qué has hecho
de mi vida?

ADIOSES DEL VERANO

Suave rumor de la maleza creciendo. Sonidos de
lo que destruye el viento. Llegan a mí como si yo
fuera el corazón de lo que existe. Quisiera estar
muerta y entrar también yo en un corazón ajeno.

AHORA BIEN

A Aurora y Julio Cortázar

Quién dejará de hundir su mano en busca del
tributo para la pequeña olvidada. El frío pagará.
Pagará el viento. La lluvia pagará. Pagará el trueno.

AL ALBA VENID

A Silvina Ocampo

al viento no lo escuchéis.
al viento,
toco la noche
a la noche no la toquéis,
al alba,
voy a partir
al alba no partáis, al alba
voy a partir.

AMANTES

una flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a la delicada urgencia del rocío

ANILLOS DE CENIZA

A Cristina Campo

Son mis voces cantando
para que no canten ellos,
los amordazados grismente en el alba,
los vestidos de pájaro desolado en la lluvia.

Hay, en la espera,
un rumor a lila rompiéndose.
Y hay, cuando viene el día,
una partición del sol en pequeños soles negros.
Y cuando es de noche, siempre,
una tribu de palabras mutiladas
busca asilo en mi garganta,
para que no canten ellos,
los funestos, los dueños del silencio.

ARTES INVISIBLES

Tú que cantas todas mis muertes.
Tú que cantas lo que no confías
al sueño del tiempo,
descríbeme la casa del vacío,
háblame de esas palabras vestidas de féretros
que habitan mi inocencia.

Con todas mis muertes
yo me entrego a mi muerte,
con puñados de infancia,
con deseos ebrios
que no anduvieron bajo el sol,
y no hay una palabra madrugadora
que le dé la razón a la muerte,
y no hay un dios donde morir sin muecas.

AZUL

mis manos crecían con música
detrás de las flores

pero ahora
por qué te busco, noche,
por qué duermo con tus muertos

BALADA DE LA PIEDRA QUE LLORA

A Josefina Gómez Errázuriz

la muerte se muere de risa pero la vida
se muere de llanto pero la muerte pero la vida
pero nada nada nada

CAER

Nunca de nuevo la esperanza
en un ir y venir
de nombres, de figuras.
Alguien soñó muy mal,
alguien consumió por error
las distancias olvidadas.

CAMINOS DEL ESPEJO III

Como una niña de tiza rosada en un muro muy
viejo súbitamente borrada por la lluvia.

CAMINOS DEL ESPEJO V

Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para
hacer de mí la ofrenda, el ramo que abandona el
viento en el umbral.

CAMINOS DEL ESPEJO X

Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca
cosida. Párpados cosidos. Me olvidé. Adentro el
viento. Todo cerrado y el viento adentro.

CAMINOS DEL ESPEJO XII

Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy
sola y escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí
que tiembla.

CAMINOS DEL ESPEJO XIX

Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la
mañana. Una mano desata tinieblas, una mano
arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de
pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo,
he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender
lo que dice mi voz.

(�Extracción de la piedra de locura�)

CAMINOS DEL ESPEJO XV

Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo
me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien
soy. Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en
un país al viento.

CAMINOS DEL ESPEJO XVII

Algo caía en el silencio. Mi última palabra fue yo
pero me refería al alba luminosa.

CANTO

el tiempo tiene miedo
el miedo tiene tiempo
el miedo

pasea por mi sangre
arranca mis mejores frutos
devasta mi lastimosa muralla

destrucción de destrucciones
solo destrucción

y miedo
mucho miedo
miedo.

CANTORA NOCTURNA

Joe, macht die Musik von damals nacht…

La que murió de su vestido azul está cantando. Canta
imbuida de muerte al sol de su ebriedad. Adentro de
su canción hay un vestido azul, hay un caballo blanco,
hay un corazón verde tatuado con los ecos de los
latidos de su corazón muerto. Expuesta a todas las
perdiciones, ella canta junto a una niña extraviada que es
ella: su amuleto de la buena suerte. Y a pesar de la
niebla verde en los labios y del frío gris en los ojos,
su voz corroe la distancia que se abre entre la sed y la
mano que busca el vaso. Ella canta.

A Olga Orozco

CAROLINE DE GUNDERODE

�en nostalgique je vagabondais
par l`infini�.

C. DE G.

A Enrique Molina

La mano de la enamorada del viento
acaricia la cara del ausente.
La alucinada con su �maleta de piel de pájaro�
huye de sí misma con un cuchillo en la memoria.
La que fue devorada por el espejo
entra en un cofre de cenizas
y apacigua a las bestias del olvido.

Yo canto.
No es invocación.
Sólo nombres que regresan

(�Árbol de Diana�)

CENIZAS

Hemos dicho palabras,
palabras para despertar muertos,
palabras para hacer un fuego,
palabras donde poder sentarnos
y sonreír.

Hemos creado el sermón
del pájaro y del mar,
el sermón del agua,
el sermón del amor.

Nos hemos arrodillado
y adorado frases extensas
como el suspiro de la estrella,
frases como alas,
frases con alas.

Hemos inventado nuevos nombres
para el vino y para la risa,
para las miradas y sus terribles
caminos.

Yo ahora estoy sola
-como la avara delirante
sobre su montaña de oro-
arrojando palabras hacia el cielo,
pero yo estoy sola
y no puedo decirle a mi amado
aquellas palabras por las que vivo.

COLD IN HAND BLUES

y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo

COMO AGUA SOBRE UNA PIEDRA

a quien retorna en busca de su antiguo buscar
la noche se le cierra como agua sobre una piedra
como aire sobre un pájaro
como se cierran dos cuerpos al amarse.

COMUNICACIONES

El viento me había comido
parte de la cara y las manos.
Me llamaban ángel harapiento
Yo esperaba

CONTINUIDAD

No nombrar las cosas por sus nombres. Las cosas
tienen bordes dentados, vegetación lujuriosa. Pero
quién habla en la habitación llena de ojos. Quién
dentellea con una boca de papel. Nombres que
vienen, sombras con máscaras. Cúrame del vacío
-dije. (La luz se amaba en mi oscuridad. Supe que
no había cuando me encontré diciendo: soy yo.)
Cúrame —dije.

DECIDO LLAMARTE

a H.M

estoy con pavura.
háme sobrevenido lo que más temía.
no estoy en dificultad:
estoy en no poder más.

no abandoné el vacío y el desierto.
vivo en peligro
tu canto es todo entero para mí.

tu canto no me ayuda.
cada vez más tenazas,
más sombras negras,
más miedos.

yo voces.
yo el gran salto.
cuando la noche sea mi memoria
mi memoria será la noche.

DESDE ESTA ORILLA

�soy pura
porque la noche que me encerraba
en su negror mortal
ha huido.�

W. BLAKE

Aun cuando el amado
brille en mi sangre
como una estrella colérica,
me levanto de mi cadáver
y cuidando de no hollar mi sonrisa muerta
voy al encuentro del sol.

Desde esta orilla de nostalgia
todo es ángel.
La música es amiga del viento
amiga de las flores
amiga de la lluvia
amiga de la muerte.

(�Las aventuras perdidas�)

I
He dado el salto de mí al alba.
He dejado mi cuerpo junto a la luz
y he cantado la tristeza de lo que nace.

III

sólo la sed
el silencio
ningún encuentro

IV

cuídate de mí amor mío
cuídate de la silenciosa en el desierto
de la viajera con el vaso vacío
y de la sombra de su sombra

DESFUNDACIÓN

Alguien quiso abrir alguna puerta. Duelen sus
manos aferradas a su prisión de huesos de mal ag�ero.
Toda la noche ha forcejeado con su nueva sombra.
Llovió adentro de la madrugada y martillaban con
lloronas.
La infancia implora desde mis noches de cripta.
La música emite colores ingenuos. Grises pájaros en el amanecer son a la ventana
cerrada lo que a mis males mi poema.

DESMEMORIA

Aunque la voz (su olvido

DESPEDIDA

Mata su luz un fuego abandonado.
Sube su canto un pájaro enamorado.
Tantas criaturas ávidas en mi silencio
y esta pequeña lluvia que me acompaña.

DESTRUCCIONES

en besos, no en razones.

QUEVEDO

Del combate con las palabras ocúltame
y apaga el furor de mi cuerpo elemental.

DONDE CIRCUNDA LA ÁVIDO

Cuando sí venga mis ojos brillarán
de la luz de quien yo lloro
mas ahora alienta un rumor de fuga
en el corazón de toda cosa.

DURACIÓN

De aquí partió en la negra noche
y su cuerpo hubo de morar en este cuarto
en donde sollozos, pasos peligrosos
de quien no viene, pero hay su presencia
amarrada a este lecho en donde sollozos
porque un rostro llama,
engarzado en lo oscuro,
piedra preciosa.

EL AUSENTE

I

La sangre quiere sentarse.
Le han robado su razón de amor.
Ausencia desnuda.
Me deliro, me desplumo.
¿Qué diría el mundo si dios
lo hubiera abandonado así?

II

Sin ti
el sol cae como un muerto abandonado.
Sin ti
me tomo en mis brazos
y me llevo a la vida
a mendigar fervor.

EL COLOR INFERNAL DE ALGUNAS PASIONES…..

El color infernal de algunas pasiones,
los gestos que rememoran una antigua ternura.
Los faltos de algo, de todo, al sol negro de sus deseos
elementales, excesivos, no cumplidos.

Alguien canta una canción del color del nacimiento:
por el estribillo pasa la loca con su corona plateada.
Le arrojan piedras. Yo no miro nunca el interior de los
cantos. Siempre, en el fondo, hay una reina muerta.

EL DESEO DE LA PALABRA

La noche, de nuevo la noche, la magistral sapiencia
de lo oscuro, el cálido roce de la muerte, un instante
de éxtasis para mí, heredera de todo jardín prohibido.

Pasos y voces al lado sombrío del jardín. Risas en el
interior de las paredes. No vayas a creer que están
vivos. No vayas a creer que no están vivos. En cualquier
momento la fisura en la pared y el súbito
desbandarse de las niñas que fui.

Caen niñas de papel de variados colores. ¿Hablan los
colores? ¿Hablan las imágenes de papel? Solamente
hablan las doradas y de ésas no hay ninguna por aquí.

Voy entre muros que se acercan, que se juntan. Toda
la noche hasta la aurora salmodiada: Si no vino es
porque no vino. Pregunto. ¿A quién?

Dice que pregunta, quiere saber a quién pregunta.
Tú ya no hablas con nadie. Extranjera a muerte está
muriéndose. Otro es el lenguaje de los agonizantes.

He malgastado el don de transfigurar a los prohibidos
(los siento respirar adentro de las paredes). Imposible
narrar mi día, mi vía. Pero contempla absolutamente
sola la desnudez de estos muros. Ninguna flor crece
ni crecerá del milagro. A pan y agua toda la vida.

En la cima de la alegría he declarado acerca de una
música jamás oída. ¿Y qué? Ojalá pudiera vivir
solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema
con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con
mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a
medida que cada letra de cada palabra haya sido
sacrificada en las ceremonias del vivir.

EL INFIERNO MUSICAL

Golpean con soles
Nada se acopla con nada aquí

Y de tanto animal muerto en el cementerio de
huesos filosos de mi memoria.

Y de tantas monjas como cuervos que se precipitan
a hurgar entre mis piernas

La cantidad de fragmentos me desgarra

Impuro diálogo

Un proyectarse desesperado de la materia verbal.

Liberada a sí misma
Naufragando en sí misma

EL MIEDO

En el eco de mis muertes
aún hay miedo.
¿Sabes tú del miedo?
Sé del miedo cuando digo mi nombre.
Es el miedo,
el miedo con sombrero negro
escondiendo ratas en mi sangre,
o el miedo con labios muertos
bebiendo mis deseos.
Sí. En el eco de mis muertes
aún hay miedo.

EL OLVIDO

en la otra orilla de la noche
el amor es posible

-llévame-

llévame entre las dulces sustancias
que mueren cada día en tu memoria

EN ESTA NOCHE, EN ESTE MUNDO

A Martha

I

en esta noche en este mundo
las palabras del sueño de la infancia de la muerte
nunca es eso lo que uno quiere decir
la lengua natal castra
la lengua es un órgano de conocimiento
del fracaso de todo poema
castrado por su propia lengua
que es el órgano de la re-creación
del re-conocimiento
pero no el de la resurrección
de algo a modo de negación
de mi horizonte de maldoror con su perro
y nada es promesa
entre lo decible
que equivale a mentir
(todo lo que se puede decir es mentira)
el resto es silencio
sólo que el silencio no existe

II

no
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?

III

en esta noche en este mundo
extraordinario silencio el de esta noche
lo que pasa con el alma es que no se ve
lo que pasa con la mente es que no se ve
lo que pasa con el espíritu es que no se ve
¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible

sombras
recintos viscosos donde se oculta
la piedra de la locura
corredores negros
los he recorrido todos
¡oh quédate un poco más entre nosotros!

mi persona está herida
mi primera persona del singular

escribo como quien con un cuchillo alzado en la
oscuridad
escribo como estoy diciendo
la sinceridad absoluta continuará siendo
lo imposible
¡oh quédate un poco más entre nosotros!

IV

los deterioros de las palabras
deshabitado el palacio del lenguaje
el conocimiento entre las piernas
¿qué hiciste del don del sexo?
oh mis muertos
me los comí me atraganté
no puedo más de no poder más

palabras embozadas
todo se desliza
hacia la negra liquefacción

V

y el perro de maldoror
en esta noche en este mundo
donde todo es posible
salvo
el poema

VI

hablo en fácil hablo en difícil
sabiendo que no se trata de eso
siempre no se trata de eso
oh ayúdame a escribir el poema más prescindible
el que no sirva ni para
ser inservible
ayúdame a escribir palabras
en esta noche en este mundo

(8 de octubre de 1971)

EN TU ANIVERSARIO

Recibe este rostro mío, mudo, mendigo.
Recibe este amor que te pido.
Recibe lo que hay en mí que eres tú.

EN UN EJEMPLAR DE
�LES CHANTS DE MALDOROR�

Debajo de mi vestido ardía un campo con flores
alegres como los niños de la medianoche.

El soplo de la luz en mis huesos cuando escribo
la palabra tierra. Palabra o presencia seguida por
animales perfumados; triste como sí misma, hermosa
como el suicidio; y que me sobrevuela como una
dinastía de soles.

EN UN OTOÑO ANTIGUO

¿Cómo se llama el nombre?

Un color como un ataúd, una transparencia que no
atravesarás.

¿Y cómo es posible no saber tanto?

A Marie Jeanne Noirot

ENDECHAS

II

Con una esponja húmeda de lluvia gris borraron
el ramo de lilas dibujado en su cerebro.

El signo de su estar es la enlutada escritura de
los mensajes que se envía. Ella se prueba en su nuevo
lenguaje e indaga el peso del muerto en la balanza
de su corazón.

III

Y el signo de su estar crea el corazón de la noche.

Aprisionada: alguna vez se olvidarán las culpas,
se emparentarán los vivos y los muertos.

Aprisionada: no has sabido prever que su final
iría a ser la gruta a donde iban los malos en los
cuentos para niños.

Aprisionada: deja que se cante como se pueda
y se quiera. Hasta que en la merecida noche se cierna
la brusca desocultada. A exceso de sufrimiento exceso
de noche y de silencio.

ESCRITO EN EL ESCORIAL

te llamo
igual que antaño la amiga al amigo
en pequeñas canciones
miedosas del alba

EXILIO

A Raúl Gustavo Aguirre

Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.

¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?

Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.

FIESTA

He desplegado mi orfandad
sobre la mesa, como un mapa.
Dibujé el itinerario
hacia mi lugar al viento.
Los que llegan no me encuentran.
Los que espero no existen.

Y he bebido licores furiosos
para transmutar los rostros
en un ángel, en vasos vacíos.

FIESTA EN EL VACÍO

Como el viento sin alas encerrado en mis ojos
es la llamada de la muerte.
Sólo un ángel me enlazará al sol.
Dónde el ángel,
dónde su palabra.

Oh perforar con vino la suave necesidad de ser.

FIGURAS Y SILENCIOS

Manos crispadas me confinan al exilio.
Ayúdame a no pedir ayuda.
Me quieren anochecer, me van a morir.
Ayúdame a no pedir ayuda.

FORMAS

no sé si pájaro o jaula
mano asesina
o joven muerta entre cirios
o amazonas jadeando en la gran garganta oscura
o silenciosa
pero tal vez oral como una fuente
tal vez juglar
o princesa en la torre más alta

FRAGMENTOS PARA DOMINAR EL SILENCIO

I

Las fuerzas del lenguaje son las damas solitarias,
desoladas, que cantan a través de mi voz que escucho
a lo lejos. Y lejos, en la negra arena, yace una niña
densa de música ancestral. ¿Dónde la verdadera
muerte? He querido iluminarme a la luz de mi falta
de luz. Los ramos se mueren en la memoria. La
yacente anida en mí con su máscara de loba. La que
no pudo más e imploró llamas y ardimos.

III

La muerte ha restituido al silencio su prestigio
hechizante. Y yo no diré mi poema y yo he de decirlo.
Aun si el poema (aquí, ahora) no tiene sentido, no
tiene destino.

FRONTERAS INÚTILES

un lugar
no digo un espacio
hablo de
qué
hablo de lo que no es
hablo de lo que conozco

no el tiempo
sólo todos los instantes
no el amor
no

no

un lugar de ausencia
un hilo de miserable unión

FUGA EN LILA

Había que escribir sin para qué, sin para quién.

El cuerpo se acuerda de un amor como encender
la lámpara.

El silencio es tentación y promesa.

GESTO PARA UN OBJETO

En tiempo dormido, un tiempo como un guante
sobre un tambor.

Los tres que en mí contienden nos hemos
quedado en el móvil punto fijo y no somos un es
ni un estoy.

Antiguamente mis ojos buscaron refugio en las
cosas humilladas, desamparadas, pero en amistad con
mis ojos, he visto y no aprobé.

HIJA DEL VIENTO

Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencia,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.

Han venido
a incendiar la edad del sueño.

Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.

Tú lloras debajo de tu llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.

Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan

HISTORIA ANTIGUA

En la medianoche
vienen los vigías infantiles
y vienen las sombras que ya tienen nombre
y vienen los perdonadores
de lo que cometieron mil rostros míos
en la ínfima desgarradura de cada jornada.

INFANCIA

Hora en que la yerba crece
en la memoria del caballo.
El viento pronuncia discursos ingenuos
en honor de las lilas,
y alguien entra en la muerte
con los ojos abiertos
como Alicia en el país de lo ya visto.

INVOCACIONES

Insiste en tu abrazo,
redobla tu furia,
crea un espacio de injurias
entre yo y el espejo,
crea un canto de leprosa
entre yo y la que me creo.

L`OBSCURITÉ DES EAUX

Escucho resonar el agua que cae en mi sueño.
Las palabras caen como el agua yo caigo. Dibujo en
mis ojos la forma de mis ojos, nado en mis aguas, me
digo mis silencios. Toda la noche espero que mi
lenguaje logre configurarme. Y pienso en el viento
que viene a mí, permanece en mí. Toda la noche he
caminado bajo la lluvia desconocida. A mí me han
dado un silencio pleno de formas y visiones (dices).
Y corres desolada como el único pájaro en el viento.

LA DANZA INMÓVIL

Mensajeros en la noche anunciaron lo que no oímos.
Se buscó debajo del aullido de la luz.
Se quiso detener el avance de las manos enguantadas
que estrangulaban a la inocencia.

Y si se escondieron en la casa de mi sangre.
¿cómo no me arrastro hasta el amado
que muere detrás de mi ternura?
¿Por qué no huyo
y me persigo con cuchillos
y me deliro?

De muerte se ha tejido cada instante.
Yo devoro la furia como un ángel idiota
invadido de malezas
que le impiden recordar el color del cielo.

Pero ellos y yo sabemos
que el cielo tiene el color de la infancia muerta.

LA DE LOS OJOS ABIERTOS

la vida juega en la plaza
con el ser que nunca fui

y aquí estoy

baila pensamiento
en la cuerda de mi sonrisa

y todos dicen esto pasó y es

va pasando
va pasando
mi corazón
abre la ventana

vida
aquí estoy

mi vida
mi sola y aterida sangre
percute en el mundo

pero quiero saberme viva
pero no quiero hablar
de la muerte
ni de sus extrañas manos.

LA ENAMORADA

esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues

hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió

enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado

oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas

pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú

te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!

LA JAULA

Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.

LA LUZ CAÍDA EN LA NOCHE

vierte esfinge
tu llanto en mi delirio
crece con flores en mi espera
porque la salvación celebra
el manar de la nada

vierte esfinge
la paz de tus cabellos de piedra
en mi sangre rabiosa

yo no entiendo la música
del último abismo
yo no sé del sermón
del brazo de hiedra

pero quiero ser del pájaro enamorado
que arrastra a las muchachas
ebrias de misterio
quiero al pájaro sabio en amar
el único libre.

LA NOCHE SOY Y HEMOS PERDIDO…..

La noche soy y hemos perdido.
Así hablo yo, cobardes.
La noche ha caído y ya se ha pensado en todo.

(Publicado en la revista �Árbol de Fuego�, n� 45, Caracas, Venezuela, diciembre de 1971)

LA PALABRA QUE SANA

Esperando que un mundo sea desenterrado por
el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el
silencio. Luego comprobará que no porque se muestre
furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso
cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.

LA ÚLTIMA INOCENCIA

Partir
en cuerpo y alma
partir.

Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.

He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más formar fila para morir.

He de partir.

Pero arremete ¡viajera!

LA VERDAD DE ESTA VIEJA PARED

que es frío es verde que también se mueve
llama jadea grazna es halo es hielo
hilos vibran tiemblan
hilos
es verde estoy muriendo
es muro es mero muro es mudo mira muere

LAS GRANDES PALABRAS

A Antonio Porchia

aún no es ahora
ahora es nunca
aún no es ahora
ahora y siempre
es nunca

LAS PROMESAS DE LA MÚSICA

Detrás de un muro blanco la variedad del arco
iris. La muñeca en su jaula está haciendo el otoño.
Es el despertar a las ofrendas. Un jardín recién creado,
un llanto detrás de la música. Y que suene siempre,
así nadie asistirá al movimiento del nacimiento, a la
mímica de las ofrendas, al discurso de aquella que soy
anudada a esta silenciosa que también soy. Y que de
mí no quede más que la alegría de quien pidió entrar
y le fue concedido. Es la música, es la muerte, lo que
yo quise decir en noches variadas como los colores
del bosque

LINTERNA SORDA

Los ausentes soplan y la noche es densa. La noche
tiene el color de los párpados del muerto.
Toda la noche hago la noche. Toda la noche
escribo. Palabra por palabra yo escribo la noche.

LOS DE LO OCULTO

Para que las palabras no basten es preciso alguna
muerte en el corazón.

La luz del lenguaje me cubre como una música,
imagen mordida por los perros del desconsuelo, y el
invierno sube por mí como la enamorada del muro.

Cuando espero dejar de esperar, sucede tu caída
dentro de mí. Ya no soy más que un adentro.

LOS OJOS ABIERTOS

Alguien mide sollozando
la extensión del alba.
Alguien apuñala la almohada
en busca de su imposible
lugar de reposo.

LOS PEQUEÑOS CANTOS

A Pablo Azcona y Víctor Richini

I

nadie me conoce yo hablo la noche
nadie me conoce yo hablo mi cuerpo
nadie me conoce yo hablo la lluvia
nadie me conoce yo hablo los muertos

II

sólo palabras
las de la infancia
las de la muerte
las de la noche de los cuerpos

III

el centro
de un poema
es otro poema
el centro del centro
es la ausencia

en el centro de la ausencia
mi sombra es el centro
del centro del poema

IV

una muñeca de huesos de pájaro
conduce los perros perfumados
de mis propias palabras que me vuelven

V

A Jean

la agonía
de las visionarias
del otoño

VI

grietas en los muros
negros sortilegios
frases desolladas
poemas aciagos

VII

Cubres con un canto la hendidura.
Creces en la oscuridad como una ahogada.
Oh cubre con más cantos la fisura, la
hendidura, la desgarradura.

VIII

en el mediodía de los muertos
princesa-paraje-sin-sol
come cardo
come abrojo

IX

mi canto de dormida al alba
¿era esto, pues?

X
el que me ama aleja a mis dobles,
abre
la noche, mi cuerpo,
ver tus sueños,
mi sol o amor

XI

oh los ojos tuyos
fulgurantes ojos

XII

A Alain de Vermont

cuervos en mi mente
sobre su querido cuerpo

es el gran frío de la noche
lo negro

pasión de nuestros señores
los deseos

XIII

una idea fija
una leyenda infantil
una desgarradura

el sol
como un gran animal oscuro

no hay más que yo
no hay qué decir

XIV

qué es este espacio que somos
una idea fija
una leyenda infantil

hasta nueva orden
no cantaremos el amor
hasta nueva orden

XV

niña que en vientos grises
vientos verdes aguardó
XVI

hablará por espejos
hablará por oscuridad
por sombras
por nadie

XVII

A Diana

instruidnos acerca de la vida
suavemente
imploraban los pequeños seres
y tendían sus brazos
por amor de la otra orilla

XVIII

palabras reflejas que solas se dicen
en poemas que no fluyen yo naufrago
todo en mí se dice con su sombra
y cada sombra con su doble

XIX

triste músico
entona un aire nuevo
para hacer algo nuevo
para ver algo nuevo

LOS POSEÍDOS ENTRE LILAS

III

Voces, rumores, sombras, cantos
de ahogados: no sé si son signos o
una tortura. Alguien demora en el jardín
el paso del tiempo. Y las criaturas
del otoño abandonadas al silencio.

Yo estaba predestinada a nombrar
las cosas con nombres esenciales. Yo ya no existo y
lo sé; lo que no sé es qué vive en lugar mio.
Pierdo la razón si hablo, pierdo
los años si callo. Un viento violento
arrasó con todo. Y no haber podido hablar
por todos aquellos que olvidaron el canto.

IV Las palabras hubieran podido
salvarme, pero estoy demasiado viviente.
No, no quiero cantar muerte. Mi muerte
… el lobo gris … la matadora que
viene de la lejanía … ¿No hay un alma
viva en esta ciudad? Porque ustedes
están muertos. ¿Y qué espera puede convertirse
en esperanza si están todos
muertos? ¿Y cuándo vendrá lo que esperamos?
¿Cuándo dejaremos de huir? ¿Cuándo
ocurrirá todo esto? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo?
¿Cuánto? ¿Por qué? ¿Para quién?

(�El infierno musical�)

LOS TRABAJOS Y LAS NOCHES

para reconocer en la sed mi emblema
para significar el único sueño
para no sustentarme nunca de nuevo en el amor

he sido toda ofrenda
un puro errar
de loba en el bosque
en la noche de los cuerpos

para decir la palabra inocente

MADRUGADA

Desnudo soñando una noche solar.
He yacido días animales.
El viento y la lluvia me borraron
como a un fuego, como a un poema
escrito en un muro.

MENDIGA VOZ

Y aún me atrevo a amar
el sonido de la luz en una hora muerta,
el color del tiempo en un muro abandonado.

En mi mirada lo he perdido todo.
Es tan lejos pedir. Tan cerca saber que no hay.

(�Los trabajos y los días�)

NOCHE

¿Quoi, toujours? Entre moi sans cesse
et le bonheur!

G. DE NERVAL

Tal vez esta noche no es noche,
debe ser un sol horrendo, o
lo otro, o cualquier cosa…
¡Qué sé yo! ¡Faltan palabras,
falta candor, falta poesía
cuando la sangre llora y llora!

¡Pudiera ser tan feliz esta noche!
Si sólo me fuera dado palpar
las sombras, oír pasos,
decir �buenas noches� a cualquiera
que pasease a su perro,
miraría la luna, dijera su
extraña lactescencia, tropezaría
con piedras, al azar, como se hace.

Pero hay algo que rompe la piel,
una ciega furia
que corre por mis venas.
¡Quiero salir! Cancerbero del alma:
¡Deja, déjame traspasar tu sonrisa!
¡Pudiera ser tan feliz esta noche!
Aún quedan ensueños rezagados.
¡Y tantos libros! ¡Y tantas luces!
¡Y mis pocos años! ¿por qué no?
La muerte está lejana. No me mira.
¡Tanta vida Señor!
¿Para qué tanta vida?

NOCHE COMPARTIDA
EN EL RECUERDO DE UNA HUIDA

Golpes en la tumba. Al filo de las palabras golpes
en la tumba. Quién vive dije. Yo dije quién vive. Y
hasta cuándo esta intromisión de lo externo de lo
interno, o de lo menos interno de lo interno, que se va
tejiendo como un manto de arpillera sobre mi pobreza
indecible. No fue el sueño, no fue la vigilia, no fue
el crimen, no fue el nacimiento: solamente el golpear
como con un pesado cuchillo sobre la tumba de mi
amigo. Y lo absurdo de mi costado derecho, lo absurdo
de un sauce inclinado hacia la derecha sobre un
río, mi brazo derecho, mi hombro derecho, mi oreja
derecha, mi pierna derecha, mi posesión derecha, mi
desposesión. Desviarme hacia mi muchacha izquierda
-manchas azules en mi palma derecha, misteriosas
manchas azules-, mi zona de silencio virgen, mi lugar de
reposo en donde me estoy esperando. No, aún es demasiado
desconocido, aún no sé reconocer estos
sonidos nuevos que están iniciando un canto de queja
diferente del mío que es un canto de quemada, que
es un canto de niña perdida en una silenciosa mansión
en ruinas.
¿Y cuántos centenares de años hace que estoy muerta
y te amo?
Oigo mis voces, los coros de los muertos. Atrapada
entre dos rocas; empotrada en la fisura de una roca.
No soy yo la hablante: es el viento que me hace
aletear para que yo crea que estos cánticos del azar
que se formulan por obra del movimiento son palabras
venidas de mí.
Y esto fue cuando empecé a morirme, cuando
golpearon en los cimientos y me recordé.
Suenan las trompetas de la muerte. El cortejo de
muñecas de corazones de espejo con mis ojos azul-
verde reflejados en cada uno de los corazones. Imitas
viejos gestos heredados. Las damas de antaño cantaban
entre muchos leprosos, oían las trompetas de la muerte,
miraban desfilar —ellas, las imaginadas- un cortejo
imaginario de muñecas con corazones de espejo y en
cada corazón mis ojos de pájara de papel dorado
embestida por el viento. La imaginada pajarita cree cantar;
en verdad sólo murmura como un sauce inclinado
sobre el río.
Muñequita de papel, yo la recorté en papel celeste,
verde, rojo, y se quedó en el suelo, en el máximo
de la carencia de relieves y de dimensiones. En medio
del camino te incrustaron, figurita errante, estás en el
medio del camino y nadie te distingue pues no te diferencias
del suelo aun si a veces gritas, pero hay tantas
cosas que gritan en un camino, ¿por qué irían a ver
qué significa esa mancha verde, celeste, roja?
Si fuertemente, a sangre y fuego, se graban mis
imágenes, sin sonidos, sin colores, ni siquiera lo blanco.
Si se intensifica el rastro de los animales nocturnos en
las inscripciones de mis huesos. Si me afinco en el lugar
del recuerdo como una criatura se atiene a la saliente
de una montaña y al más pequeño movimiento
hecho de olvido cae —hablo de lo irremediable, pido lo
irremediable-, el cuerpo desatado y los huesos desparramados
en el silencio de la nieve traidora. Proyectada
hacia el retorno, cúbreme con una mortaja lila.
Y luego cántame una canción de una ternura sin
precedentes, una canción que no hable de la vida ni de
la muerte, sino de gestos levísimos como el más imperceptible
ademán de aquiescencia, una canción que
sea menos que una canción, una canción como un
dibujo que represente una pequeña casa debajo de un
sol al que le faltan algunos rayos: allí ha de poder vivir
la muñequita de papel verde, celeste y rojo; allí se
ha de poder seguir y tal vez andar en su casita dibujada
sobre una página en blanco.

(Junio de 1966)

NOMBRARTE

No el poema de tu ausencia,
sólo un dibujo, una grieta en un muro,
algo en el viento, un sabor amargo.

NOMBRES Y FIGURAS

La hermosura de la infancia sombría, la tristeza
imperdonable entre muñecas, estatuas, cosas mudas,
favorables al doble monólogo entre yo y mi antro
lujurioso, el tesoro de los piratas enterrado en mi
primera persona singular.

No se espera otra cosa que música y deja, deja
que el sufrimiento que vibra en formas traidoras y
demasiado bellas llegue al fondo de los fondos.

Hemos intentado hacernos perdonar lo que no
hicimos, las ofensas fantásticas, las culpas fantasmas.
Por bruma, por nadie, por sombras, hemos expiado.

Lo que quiero es honorar a la poseedora de mi
sombra: la que sustrae de la nada nombres y figuras.

NUIT DE COEUR

Otoño en el azul de un muro: sé amparo de las
pequeñas muertas.

Cada noche, en la duración de un grito, viene una
sombra nueva. A solas danza la misteriosa autónoma.
Comparto su miedo de animal muy joven en la
primera noche de las cacerías.

OJOS PRIMITIVOS

En donde el miedo no cuenta cuentos y poemas, no
forma figuras de terror y de gloria

Vacío gris es mi nombre, mi pronombre.

Conozco la gama de los miedos y ese comenzar
a cantar despacito en el desfiladero que reconduce
hacia mi desconocida que soy, mi emigrante de sí.

Escribo contra el miedo. Contra el viento con
garras que se aloja en mi respiración.

Y cuando por la mañana temes encontrarte muerta
(y que no haya más imágenes): el silencio de la
compresión, el silencio del mero estar, en esto se van
los años, en esto se fue la bella alegría animal.

ORIGEN

Hay que salvar al viento.
Los pájaros queman el viento
en los cabellos de la mujer solitaria
que regresa de la naturaleza
y teje tormentos.
Hay que salvar al viento.

ORIGEN

La luz es demasiado grande
para mi infancia.
Pero ¿quién me dará la respuesta jamás usada?
Alguna palabra que me ampare del viento,
alguna verdad pequeña en que sentarme
y desde la cual vivirme,
alguna frase solamente mía
que yo abrace cada noche,
en la que me reconozca,
en la que me exista.

Pero no. Mi infancia
sólo comprende el viento feroz
que me aventó al frío
cuando campanas muertas
me anunciaron.

Sólo una melodía vieja,
algo con niños de oro, con alas de piel verde,
caliente, sabio como el mar,
que tirita desde mi sangre,
que renueva mi cansancio de otras edades.

Sólo la decisión de ser dios hasta en el llanto.

PARA JANIS JOPLIN

Fragmento

a cantar dulce y a morirme luego
no:
a ladrar.
así como duerme la gitana de Rousseau.
así cantás, más las lecciones de terror.

hay que llorar hasta romperse
para crear o decir una pequeña canción,
gritar tanto para cubrir los agujeros de la ausencia,
eso hiciste vos, eso yo.
me pregunto si eso no aumentó el error.

hiciste bien en morir.
por eso te hablo.
por eso me confío a una niña monstruo.

PEREGRINAJE

A Elizabeth Azcona Cranwell

Llamé, llamé como la náufraga dichosa
a las olas verdugas
que conocen el verdadero nombre
de la muerte.

He llamado al viento,
le confié mi deseo de ser.

Pero un pájaro muerto
vuela hacia la desesperanza
en medio de la música
cuando brujas y flores
cortan la mano de la bruma.
Un pájaro muerto llamado azul.

No es la soledad con alas,
es el silencio de la prisionera,
es la mudez de pájaros y viento,
es el mundo enojado con mi risa
o los guardianes del infierno
rompiendo mis cartas.

He llamado, he llamado.
He llamado hacia nunca.

PIDO EL SILENCIO

Canta, lastimada mía.
CERVANTES

aunque es tarde, es noche,
y tú no puedes.

Canta como si no pasara nada.

Nada pasa.

POEMA

Tú eliges el lugar de la herida
en donde hablamos nuestro silencio.
Tú haces de mi vida
esta ceremonia demasiado pura.

POEMA PARA EMILY DICKINSON

Del otro lado de la noche
la espera su nombre,
su subrepticio anhelo de vivir,
¡del otro lado de la noche!

Algo llora en el aire,
los sonidos diseñan el alba.

Ella piensa en la eternidad.

PRESENCIA

tu voz
en este no poder salirse las cosas
de mi mirada
ellas me desposeen
hacen de mí un barco sobre un río de piedras
si no es tu voz
lluvia sola en mi silencio de fiebres
tú me desatas los ojos
y por favor
que me hables
siempre

QUIEN ALUMBRA

Cuando me miras
mis ojos son llaves,
el mundo tiene secretos,
mi temor palabras, poemas.
Sólo tú haces de mi memoria
una viajera fascinada,
un fuego incesante.

RECONOCIMIENTO

Tú haces el silencio de las lilas que aletean
en mi tragedia del viento en el corazón.
Tú hiciste de mi vida un cuento para niños
en donde naufragios y muertes
son pretextos de ceremonias adorables.

RELOJ

Dama pequeñísima
moradora en el corazón de un pájaro
sale al alba a pronunciar una sílaba
NO

REVELACIONES

En la noche a tu lado
las palabras son claves, son llaves.
El deseo de morir es rey.

Que tu cuerpo sea siempre
un amado espacio de revelaciones.

SALVACIÓN

Se fuga la isla.
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta.
Ahora
es la carne
la hoja
la piedra
perdidas en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilización
que purifica la caída de la noche.
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.

* Nació en la ciudad de Buenos Aires en 1936.

SENTIDO DE SU AUSENCIA

si yo me atrevo
a mirar y a decir
es por su sombra
unida tan suave
a mi nombre
allá lejos
en la lluvia
en mi memoria
por su rostro
que ardiendo en mi poema
dispersa hermosamente
un perfume
a amado rostro desaparecido

SIEMPRE

A Rubén Vela

Cansada del estruendo mágico de las vocales
Cansada de inquirir con los ojos elevados
Cansada de la espera del yo de paso
Cansada de aquel amor que no sucedió
Cansada de mis pies que sólo saben caminar
Cansada de la insidiosa fuga de preguntas
Cansada de dormir y de no poder mirarme
Cansada de abrir la boca y beber el viento
Cansada de sostener las mismas vísceras
Cansada del mar indiferente a mis angustias
¡Cansada de Dios! ¡Cansada de Dios!
Cansada por fin de las muertes de turno
a la espera de la hermana mayor
la otra la gran muerte
dulce morada para tanto cansancio.

SÓLO UN HOMBRE

alejandra alejandra
debajo estoy yo
alejandra

(�La última inocencia�)

Sobre negros peñascos
se precipita, embriagada de muerte,
la ardiente enamorada del viento.

G.TRAKL

SOMBRA DE LOS DIAS A VENIR

A Ivonne A. Bordelois

Mañana
me vestirán con cenizas al alba,
me llenarán la boca de flores.
Aprenderé a dormir
en la memoria de un muro,
en la respiración
de un animal que sueña.

SUEÑO

Estallará la isla del recuerdo.
La vida será un acto de candor.
Prisión
para los días sin retorno.
Mañana
los monstruos del buque destruirán la playa
sobre el vidrio del misterio.
Mañana
la carta desconocida encontrará las manos del alma.

TETE DE JEUNE FILLE (ODILON REDON)

de música la lluvia
de silencio los años
que pasan una noche
mi cuerpo nunca más
podré recordarse

A André Pieyre de Mandiargues

TIEMPO

A Olga Orozco

Yo no sé de la infancia
más que un miedo luminoso
y una mano que me arrastra
a mi otra orilla.

Mi infancia y su perfume
a pájaro acariciado.

TU MIRADA ES MI MORADA……

tu mirada es mi morada enamorada
mi mirada es tu morada enamorada
si pienso en ti no pienso en nada
si piensas en mí no recuerdo mi nombre.

(Inéditos)

TU VOZ

Emboscado en mi escritura
cantas en mi poema.
Rehén de tu dulce voz
petrificada en mi memoria.
Pájaro asido a su fuga.
Aire tatuado por un ausente.
Reloj que late conmigo
para que nunca despierte.

UN SUEÑO DONDE EL SILENCIO ES DE ORO

El perro del invierno dentellea mi sonrisa. Fue
en el puente. Yo estaba desnuda y llevaba un sombrero
con flores y arrastraba mi cadáver también desnudo y
con un sombrero de hojas secas.

He tenido muchos amores —dije- pero el más
hermoso fue mi amor por los espejos.

VÉRTIGOS O CONTEMPLACIÓN
DE ALGO QUE TERMINA

Esta lila se deshoja.
Desde sí misma cae
y oculta su antigua sombra.
He de morir de cosas así.

VI

ella se desnuda en el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
de sus visiones
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe

VII

Salta con la camisa en llamas
de estrella a estrella,
de sombra en sombra.
Muere de muerte lejana
la que ama al viento.

VIII

Memoria iluminada, galería donde vaga la sombra de
lo que espero.
No es verdad que vendrá. No es verdad que no vendrá.
Estos huesos brillando en la noche,
estas palabras como piedras preciosas
en la garganta viva de un pájaro petrificado,
este verde muy amado,
este lila caliente,
este corazón solo misterioso.

X

un viento débil
lleno de objetos doblados
que recorto en forma de objetos que amar

XI

ahora
en esta hora inocente
yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de mi mirada

XII

no más las dulces metamorfosis de una niña de seda
sonámbula ahora en la cornisa de niebla

su despertar de mano respirando
de flor que se abre al viento

XIII

explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome

XIV

El poema que no digo,
el que no merezco.
Miedo de ser dos
camino del espejo:
alguien en mí dormido
me come y me bebe.

XV

Extraño desacostumbrarme
de la hora en que nací.
Extraño no ejercer más
oficio de recién llegada.

XVI

has construido tu casa
has emplumado tus pájaros
has golpeado al viento
con tus propios huesos

has terminado sola
lo que nadie comenzó

XVII

Días en que una palabra lejana se apodera de
mí. Voy por esos días sonámbula y transparente. La
hermosa autómata se canta, se encanta, se cuenta
casos y cosas: nido de hilos rígidos donde me danzo
y me lloro en mis numerosos funerales. (Ella es
su espejo incendiado, su espera en hogueras frías, su
elemento místico, su fornicación de nombres creciendo
solos en la noche pálida).

XVIII

un golpe del alba en las flores
me abandona ebria de nada y de luz lila
ebria de inmovilidad y de certeza

XVIII

como un poema enterado
del silencio de las cosas
hablas para no verme

XX

A Laure Bataillon

dice que no sabe del miedo de la muerte del amor
dice que tiene miedo de la muerte del amor
dice que el amor es muerte es miedo
dice que la muerte es miedo es amor
dice que no sabe

XXII

en la noche

un espejo para la pequeña muerta

un espejo de cenizas

XXIII

una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del mundo

la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos

XXIV

(un dibujo de Wols)

estos hilos aprisionan a las sombras
y las obligan a rendir cuentas del silencio
estos hilos unen la mirada al sollozo

XXIX

A André Pieyre de Mandiargues

Aquí vivimos con una mano en la garganta.
Que nada es posible ya lo sabían lo que inventaban
lluvias y tejían palabras con el tormento de la ausencia.
Por eso en sus plegarias había un sonido
de manos enamoradas de la niebla.

XXV

(exposición Goya)

un agujero en la noche
súbitamente invadido por un ángel

XXVI

(un dibujo de Klee)

cuando el palacio de la noche
encienda su hermosura
pulsaremos los espejos
hasta que nuestros rostros canten como ídolos

XXX

en el invierno fabuloso
la endecha de las alas en la lluvia
en la memoria del agua dedos de niebla

XXXI

Es un cerrar los ojos y jurar no abrirlos. En tanto
afuera se alimenten de relojes y de flores nacidas
de la astucia. Pero con los ojos cerrados y un
sufrimiento en verdad demasiado grande pulsamos los
espejos hasta que las palabras olvidadas suenan mágicamente.

XXXII

Zona de plagas donde la dormida come lentamente
su corazón de medianoche.

XXXIII

A Ester Singer

alguna vez
alguna vez tal vez
me iré sin quedarme
me iré como quien se va

XXXIV

la pequeña viajera
moría explicando su muerte

sabios animales nostálgicos
visitaban su cuerpo caliente

XXXV

Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida,
déjate enlazar de fuego, de silencio ingenuo, de
piedras verdes en la casa de la noche, déjate caer y doler,
mi vida.

XXXVI

A Alain Glass

en la jaula del tiempo
la dormida mira sus ojos solos

el viento le trae
la tenue respuesta de las hojas

XXXVII

más allá de cualquier zona prohibida
hay un espejo para nuestra triste trasparencia

XXXVIII

Este canto arrepentido, vigía detrás de mis poemas
este canto me desmiente, me amordaza.
Animal lanzado a su rastro más lejano
o muchacha desnuda sentada en el olvido
mientras su cabeza rota vaga llorando
en busca de un cuerpo más puro

viajera de corazón de pájaro negro
tuya es la soledad a medianoche
tuyos los animales sabios que pueblan tu sueño
en espera de la palabra antigua
tuyo el amor y su sonido a viento roto