ROEMMERS, ALEJANDRO GUILLERMO
A FEDERICO CHOPIN

Derramando su blanca tolvanera
cae la nieve en fugaz melancolía,
sonidos de levísima armonía
sobre el pueblo aplacado en la ladera.
Esparcido el cristal de tu cantera
se apodera de mí esta melodía
que depura en lo alto la sangría
del dolor inmortal que te lacera.
Cada copo de nieve en la ventana
es el cántaro exento en que se encierra
la voz universal de una corchea
que libera en el golpe su campana.
¡Quién pudiera absorber como la tierra
el preludio de estrellas que golpea!
Aspen,
Colorado

A MEDIA VIDA

A media vida llego presuroso
esclavo de aprendido pensamiento.
Son ideas apenas el sustento
que alimenta el vacío tenebroso.
A media vida arriesgo, poderoso,
liberar de su jaula al sentimiento:
transformaré en amor cada momento,
perdonaré en su credo generoso.
Porque aposté a ganar y jugué en vano
hasta entrever que, aliadas en la mano,
risa y llanto son cartas de la suerte.
Agradezco el escollo superado,
al Ángel que paciente está a mi lado,
a media vida aún y a media muerte.

A MIGUEL HERNÁNDEZ

¿Por qué hallaste, Miguel, el lado oscuro,
el absurdo fragor, la estrella hiriente?
¿Por qué clavó en tu integridad ferviente
la desventura su aguijón más duro? Amor, un sorbo apenas, inmaduro,
un brote descarnado en la simiente.
Por las grietas acerbas del poniente
la hiedra envilecida cubrió el muro.
Aun pudiendo evadir aquel tormento
elegiste, poeta nazareno,
convertir tu prisión en monumento.
De penumbras hilaste la madeja
que abrigó en tu dolor todo el veneno
amando cada piedra y cada reja.
Madrid, 1990

ANCLA FUGAZ

Aquí y ahora, ardiente dimensión,
el vértice instantáneo de lo exhausto.
¿Qué invocada deidad exime a Fausto
de este exilio ancestral de la creación?
Frágil verdad, sincrónica demencia,
condena universal y perentoria.
Sólo el ancla fugaz de la memoria
contra el flujo raudal de la existencia.
Simple adición de espacios y de tiempos
que enfrenta el aula cáustica del genio
con el curso mudable de la suerte. Breve eclipse mortal donde converge
el meridiano incierto de la vida
con el trópico hendido de la muerte.

CLAVADO ESTAS, MIGUEL

al poeta Miguel Hernández
Clavado estás, Miguel, en mi garganta,
entramado en mi fibra compasiva,
ya se esparce tu azada corrosiva
que mi amable sosiego desencanta.
Ya brama tu desdicha sacrosanta,
que sorprendió mi prado, intempestiva,
como al pastor la furia vengativa
del rayo que con sangre se amamanta.
De pena fue elevada tu montaña,
hortelano valiente de la España,
ruiseñor de su tropa fratricida.
¡Anda, Miguel, e híncame con saña,
que aún hay miel almendrada en tu guadaña
y una espuma salada en tu mordida!
Mayo, 1996

DAR

No hallo virtud del pobre en su pobreza
ni juzgo que abundancia es cosa mala,
más allá de ese don que desiguala,
el dar y no el tener muestra grandeza.

No es pobre el que se brinda con franqueza,
mas quien deja el amor en la antesala,
ni el que vive del aire, si lo exhala,
o esconde una sonrisa, si la expresa.

Tiene el sabio por rico al que no anhela,
como aquel que en lo suyo se consuela,
pues listos a exigir de la fortuna
están los opulentos que mendigan,
los que en su pequeñez ya se fatigan
y el que agradece por tener la luna.

DOMINGO DE RESURRECCIÓN EN SEVILLA

Domingo de Resurrección,
tarde de toros.
La fe
ha dado paso a la verbena.
Guardados están
en los ojos devotos
el Gran Poder
y la Macarena.
Tímidamente
desde el pudor de los patios
vuelve el amor
abriendo las rejas
al mesón de la plaza.
En todos los rostros
ocultándolo apenas
ya está Sevilla
esperando su Feria
oliendo a naranjos
y a cera.

EL PIANO

A Diego, mi profesor
Regresar a casa,
aflojar la tela,
aquietar el nervio,
ansioso de abrazar
el cuerpo de caoba.
Disponerme cautivo
a consumar la entrega. Dejar que mis manos
en íntimo contacto
despierten la armonía
del trino en la madera,
y que un aliento
de bosque contenido
acuda a transformar
mi voz de barro.

FELICIDAD

Enigma indescifrable y cristalino
que los abismos de la mente ronde
y en las promesas del amor se esconde
como hechizo satánico y divino.
Esquiva cual gacela en mi camino,
surgida por azar, no sé de dónde,
estrella que me alumbra y no responde:
un modo de viajar, más que un destino.
Caer, si me abandonas derrotado,
no menguará mi esfuerzo, malherido,
aunque sepa fugaz tu compañía.
¡Pues traigo alas de cielo anticipado
y embriaguez de poeta, enardecido,
al gozar de esta hora en que eres mía!

HAY DÍAS…

Hay días en que Dios arroja el dado,
parece que de un modo displicente:
muerte, dolor, pobreza y accidente
se ensañan con el más desamparado.

Son días cuando llueve en lo mojado
y gira el mundo en forma deficiente
trepida hasta la fe, casi incoherente,
junto al descomunal desaguisado.

Si te cansas golpeando imperturbable
la terca realidad insoportable
y toda gracia y bien parece magro,

¡aguanta!, que en la hosca intemperancia
va la mano que acorta su distancia
y doblando la esquina está el milagro.

ISLA NEGRA

a Pablo Neruda, en el centenario
de su nacimiento
Que no eres isla ni eres negra. Puente
que se extiende hacia el mundo, rompeolas.
Te desprende un rumor de caracolas
del frágil sujetar del continente.
Y no eres negra en esta noche. Siente
los poemas de Pablo entre las olas,
un fulgor en la espuma, son farolas
encendidas de mar, en la rompiente.
Isla Negra, refugio del poeta,
pleamar de su dolor y de aquel sueño.
Guarda el grito, carbón apasionado,
clavado en el azul como saeta.
Rocoso altar del corazón sureño,
fértil volcán de amor desesperado.

LA “PRESUMIDA”

La casa frente al mar
Donde abre la costera serpentina
los claros y salobres Manantiales,
se eleva traslucida en arenales
tu distinguida arista travertina.
Desde el alba a su alianza vespertina
se redondea el sol en los cristales,
y a través de los grandes ventanales
cielo y mar te disputan, peregrina.
La espuma persistente del deseo
sondeó todos los vientos estivales,
amante inexpugnable y presumida.
Y como a un indomable Prometeo
te me entregas traspuestos los umbrales
en fresca y luminosa bienvenida.

LA ROSA

Cuando arrojes tu fardo de creencia
venciendo a la razón en su locura
y puedas valorar en tu andadura
tan sólo este minuto de existencia,

cuando niño otra vez, en tu inocencia,
abras tu corazón a la aventura
y vuelvas del amor, el agua pura,
a beber con fruición y transparencia,
si logras desandar lo ya aprendido
y no te aferra culpa ni quimera
celebrarás la vida silenciosa

tan absorto, desnudo y sorprendido
que habrás de conocer por vez primera
la belleza insondable de la rosa.
Octubre, 2001

LA SOLEDAD ES UN ESPEJO

La soledad es un espejo
que te mira con tus ojos.
Tomó tu rostro
su cuerpo de tiniebla.
Por todas partes tú,
siempre tú, sin espalda
en los cristales
de su carcajada. Inútil gritar
en su trampa de silencio
prisión invisible
de imagen reflejada.
Toma tu voz,
su voz metálica,
los pensamientos, las palabras
y se aleja con tu cuerpo
dejando en el espejo tu fantasma.

MADAME BUTTERFLY Y MANHATTAN

Me estaba acostumbrando
a tu mirada estrecha,
las bocas humeantes
de un amor descartable
sobre la piel de asfalto.
Ya me era cotidiano
el ritmo enajenado,
las voces estridentes
en la partitura letal
de tu escenario.
Pero esta noche
sentado en mi platea
me duele esta ficción
más que tu tragedia.
¡Cuánta vida apaga Puccini en la escena
y cuánta muerte sobrevive afuera!
Metropolitan Opera House,
enero de 1979

MADERA

Cuán dócil fue el nogal desde la cuna
y qué obstinado el roble al primer paso.
Tan diversa es la gama que repaso
blanca en el marco y en la tecla, bruna.
Cuánto del tronco extraña la laguna
al comprimirse en este libro escaso.
Habitaba la hoja, antes del trazo,
en pinares cautivos de la luna.
En tu lecho me absuelva el soplo humano
cuando vuelva la talla a su Artesano
y en mixtura de cruz y limonero
me confunda en tu veta, moribundo,
nutriendo la raíz en lo profundo
cenizas melodiosas de jilguero

NO OLVIDES

No olvides cuando apuntes mi carencia
que las mismas urgencias y manjares
turban a quien, con ojos verdemares,
aspira a su legado de clemencia.

Con retazos de lodo y transparencia
llevo miel a mis altos colmenares
y sombras homicidas o estelares
me alimentan de muerte y trascendencia.

Bien evita el Señor brindar disculpa
si entrevera en jardines terrenales
negra bestia y criaturas celestiales.

Por ello no te inquiete si hallas culpa
ni te asombre si adviertes en mi canto
hoguera endemoniada y luz de santo.

NO TE SORPRENDA, MADRE

No te sorprenda, madre, si el cantero
alienta un brote nuevo esta mañana,
o si la recta luz de la ventana
te abraza fresca con su reverbero.
No te extrañe tampoco si el jilguero
te dispara al pasar su cerbatana
y las nubes en dócil caravana
demoran su mensaje de aguacero.
Es que entre tanto asunto ciudadano,
cansados de camino y gente extraña,
nos fue llegando el mar, y ya es enero.
Y omití reiterarte más temprano:
¡como canto que fluye de tu entraña,
como poesía, madre, así te quiero!
Punta del Este, Uruguay

OTRA VEZ, CASTILLA

Otra vez tu reto austero,
el golpe seco de meseta,
doblegando mis modos veraniegos.
Otra vez la inmensidad,
ralea desnuda hasta la sierra
cautivando mi agreste soledad.
Y otra vez por tu nobleza
del vano letargo me rescatas.
¡Ay, Castilla! Quien te nombra, reza.
Madrid, 1974

PAMPA

Donde el llano perfil del campo inmenso
el ocaso te encienda en la mirada
y sufras en la tarde ensangrentada
por la herida profunda del silencio.
Donde fresco te azote en galopeadas
por las crines el aire polvoriento
y surjan de la tierra como aliento
en perfumados trinos, madrugadas.
Donde silbando arreen las manadas
como el tiempo los días y los sueños
y un mate en el galpón junto a los leños
reviva las gloriosas jineteadas.
Allí la soledad como un arado
abre un surco de noches tractoreadas
y serás un latido de alambradas
en el vientre fecundo del sembrado.
Madrid, 1974

PODRÍA OCURRIR

Podría ocurrir
que te mirara
desde el espejo de la muerte
alguna tarde.
Pensarás nada quedó,
y todo vuelve a ser
como era antes,
hasta el día que descubras
un poco mi presencia
en todas partes. Entonces sentirás el mundo
como un extenso lago
donde una turbulencia
de abrazos y de labios se propaga.
Impulso apasionado,
Andrómeda de aliento
que extiende su consuelo.
Palabra incandescente
reencarnándose en el tiempo.
Forma que cambiará las formas
hasta que la piel del cosmos diga ¡basta!

POESÍA

Sentimiento
Espacio rescatado
pero libre
Búsqueda irredimible de verdad
Imagen que surge
y se propaga
Lágrima que nadie seca
Sonrisa de palabras
Momento que se enciende cada vez
en la garganta
Voz de pentagrama
Inagotable dualidad
Tiempo salvado del tiempo
Equilibrio sostenido
por el alma
Atisbo de infinito
que vuelve al infinito
y que lo ensancha.

* Nació en Buenos Aires el 11 de febrero de 1958.

QUÉ LEJOS

Qué lejos estoy esta noche.
Ninguna voz me nombra
ninguna mano me alcanza.
Ya no engañan las palabras. No calma mi soledad
otra soledad pequeña,
ni oídos comprensivos
mis voces desangradas.
Todo el mundo
es un vacío que pesa,
un sufrimiento que arrastra.
Ser contra ser
en la misma medida,
con la misma entrega,
y si no, nada.
Por eso estoy solo esta noche
por eso estoy lejos.
Ninguna voz me nombra
ninguna mano me alcanza.
New York, 1979

TODO PASA…

Todo pasa y se va. Todo se pierde.
Todo transcurre irremisiblemente.
Hasta el granito más irreverente
se convierte en la arena que remuerde.
¿Dónde está aquel que todo lo recuerde,
en este urgido abismo del presente?
¿Dónde está el que se plante airosamente
cuando el destino se abalanza y muerde?
Las promesas de amor las lleva el viento,
las rosas se marchitan en estío,
la vida su madeja desenvuelve.
Mas si el aire me besa con tu aliento
y recrea la rosa su atavío,
es que todo se va… ¡y todo vuelve!

Has sido un imposible, lo inhallable;
la prueba pertinaz de la locura,
el tormento infligido a mi ventura
que ya no habría de ser. Lo inalcanzable. Eras aún la clave indescifrable,
la grieta suspicaz en la armadura,
la senda incomprendida y siempre oscura
de algún mal soslayado e incurable.
Y hoy que alumbras la dicha que se extiende
por los ojos absortos como un duende,
bendigo la fe sorda que me guía,
el amor, que aun fallido nunca es vano
y el amparo clemente de la Mano
que a la noche tercera encontró el día.