SVANASCINI, OSVALDO
ACTO FINAL

Las epifanías crean sostenes para la euforia
son como nubes celosas que no maduran en el recuerdo
a veces un querubín bebe sus melodías
para corroborar la falacia de las horas.
Ese mismo tiempo previene el engaño
y nada detiene las épocas de angustia
que saturan el ingreso al infierno.
Así es la temperatura del escarnio
extensa y libre de los hilos que la ilustran
tan árbol sin raíz tan efigie diluida.
Y es que el dolor guarda tintes tan enmarañados
que el director del evento cancela la función.

BALADA DEL COLIBRÍ

Vivía volando
como si intuyera
que el aire besaba
su estela
o que sus alas
conversaran
con el hada del solsticio.
Enamorado
de la veleta del campanario
vigilaba su silencio.

BOCETO

Las aves del Poverello suelen soñar
con un cielo detenido
donde la piedad es incolora
y los cantos poseen alas
listas a olvidar los agravios.
Las aves también sueñan
sin sospechar
que viven en el reverso
del sueño.
(De Germinar en el silencio, 2012)

CONTRACARA

Amar la madrugada
porque sueña con el alumbramiento
amar los cuadernos de la escuela
porque son testigos de lo posible.
Amar también las jaulas
para moralejas
el auto de consignas con parabrisas
de niebla
el disfraz de pescador
de afanes
el árbol de sonrisas pintado
por mariposas
y esas fábulas que sólo se soportan
antes de la pubertad.
—Tiempo para colocar guirnaldas a la nada
tiempo para esperar al mesías
capaz de disfrazar las respuestas—.
Momento para aprender que un saco de olvido
es una tentación
para manejar displicentemente
la ironía.

CRECIMIENTO

Crecimiento
A Alberto Claudio Blasetti
El verde de las praderas es una advertencia
para emprender un viaje vegetal
donde el crecimiento
se exhibe como una panacea.
Creo que tengo un corazón verde
parecido a follajes dibujados
por un niño que ha obviado
nacer.
A veces ese corazón comienza a crecer
entre pulmones y paradojas
se encarna en el vientre y las piernas
sube hurgando el cráneo
y me ahoga con breves balanceos
para luego emigrar por los lugares
del afecto.
El corazón verde avanza en la tarde
cruza los senderos del pasado
se eleva entre evocaciones
que maduran su meta.
Oigo arribar otra forma de nacer
y cuando no restan vestigios de lo imaginado
la nada es un frágil consuelo
que inmola las penurias.

CRÓNICA DEL SIMULACRO

La magia es un asunto del corazón
de los pies encerrados en las gotas de lluvia
de las palomas que han petrificado sus vuelos
y hasta de los atajos que ostentan los instintos.
Se halla también en el llanto de las criaturas
que han nacido entre sombras antiguas
en los trozos de fuego desprendidos del mar
en las palabras que han tergiversado su sentencia
en aquellos proyectos creciendo entre rejas ajadas
en ciertas maneras de creer sin asideros
en las ventanas que asoman todos los vacíos
en esa respuesta que extravió las indagaciones.
La magia es también una mujer condenada a presentir
hasta alcanzar las colas del cometa
es un gesto encerrado en una interjección
una foto que se trueca al mirarla
un testimonio que habla para distorsionarse
un barco que navega hacia comarcas desterradas. Pero hay otras magias con contorno de dioses
con abrazos de tiempo en las pasiones
con estrechas consignas para amar sin ser visto
y todas ellas germinan entre pechos
que están acostumbrados a sentir
a saltar hasta hundirse en aforismos
a dormir entre todos los fantasmas disfrazados
que traman la conspiración de los castigos.
(De Crónica del simulacro, 1998)

HABITAR UN RELÁMPAGO

Ese reflejo que nos hizo creer
en juguetes nacidos sin olvidos
esa claridad de tibio terciopelo
que perpetúa el vientre
materno.
Luego atravesar el portal
con los ángeles rehenes del cielo
saber que es saludable dialogar
con el corazón
y dormir en las repetidas faces
del espejo.
(De Habitar un relámpago, 2005)

LAS MARAVILLAS SON A VECES IMPENSADAS….

Cuando a la noche le adosaron
un sol artificial
no hubo piedad
para toda la fealdad
que se ocultaba
en la vigilia.

LAS MARAVILLAS SON A VECES IMPENSADAS….

Las maravillas son a veces impensadas
se sonrojan al descubrirse en el espejo
juegan a bañarse entre cometas
aman a las muchachas con sol
y ansían devorar los suspiros
congelados por los amantes insaciables.

LAS MARAVILLAS SON A VECES IMPENSADAS….

Los pájaros se inventaron
para incorporarle diálogos
al cielo.

LAS MARAVILLAS SON A VECES IMPENSADAS….

Utopías
como analgésicos.

LAS MARAVILLAS SON A VECES IMPENSADAS….

En la infancia los juguetes
prolongan la medida del sueño
pueden crecer con sus vocales de coral
sus suspiros de gasa
y sus diseños de euforia.
Al quedar solos lamentan
cuando madura un niño.

LAS MARAVILLAS SON A VECES IMPENSADAS….

El barrilete que burló los hilos
para alertar a las estrellas.

LAS MARAVILLAS SON A VECES IMPENSADAS….

La condición del viento
es saber transitar sobre
cualquier perspectiva.

LAS MARAVILLAS SON A VECES IMPENSADAS….

La muerte:
dama ambigua
desposada con el miedo
y el alivio.

LAS MARAVILLAS SON A VECES IMPENSADAS….

No hubo paradoja más obstinada
que la del espectro que pretendió
dispersar su inmaterialidad
para recobrar su sombra.

LAS MARAVILLAS SON A VECES IMPENSADAS….

Pequeña piedad
para los que eligen morir convencidos
de su enorme vigencia:
otra soledad del artificio.
(De Mínimas memorias, 2003)

LAS MARAVILLAS SON A VECES IMPENSADAS….

El misterio de las flores
se refugia en su hermetismo
su perfume oculta
los límites del alumbramiento.
A veces viajan
en el lomo del viento
visitan los hogares donde las abejas tejen
un sudario para lo efímero.

LOS VERICUETOS

A menudo bebo las historias
que habitan en mi retina.
Me hablan de sueños errabundos
que se ajaron al transitarlos
aunque retornan cuando sonríen
los fantasmas de la pubertad.
Historias de manos vegetales
con frases de aliento entre las hojas
esas formas con colores afables
que azuzan mis sienes
cuando arriba el insomnio. Siempre viven figuras en sus relatos
trozos de mujeres que gimen
al paso de los carruajes de lluvia.
Aparece también el hombre de agua
y un vidente que se baña a solas
y tengo la sensación de ser
una imagen proyectada en la fachada
de las perplejidades.

NATARAJA BAILA EN ELEFANTA

Los hombres viajan en el sonido del tambor
en los pasos de humo
en la mirada de los duendes
y tu allí sobre el polvo
y el dios entrando en el fuego sin oírse
rogando por los seres que han visto desnudar a la
serpiente.
El dios ha bebido los años
esos minutos que pasan hundidos en la muerte
el dios bosteza con sudario
el dios sabe dolerse
antes de reparar en las casas y en las noches
olvidadas en los trompos de la infancia.
Su milagro no alcanza el hábito de las sílabas
eso lo sabemos
eso y los pájaros
saludándole con las alas en círculo
eso y el júbilo de las pestañas
que se escondieron en las cuevas
en donde el corazón
escribe fábulas para las efemérides.
El dios danza repitiendo figuras:
los que ha dormido en las palomas
los que tienen asegurado su secreto
en el ojo de vidrio
se acuerdan de llevar al amor en su bolsillo. Y luego una tarde pasamos sin mirarnos
una tarde que se petrifica
y es imposible conversar con el agua
o ser un pájaro de los abecedarios
porque para que el corazón crezca hacia afuera
deberemos creer en la alabanza.

NOCHE EN BANKAPI

Para hacerse preguntas están los días sin método
esos que no parecen conservarse de pie
esos que puedo querer de rodillas
a pesar de que dentro de la piel alguien me muerde.
Y se oye al frío cuando debieran estar los pájaros
y las amistades sólo son restos de fotografías
y es preciso nadar contra los peces
contra las interjecciones y la buena conducta.
Cada tres horas los relojes pueden consultarse
tirando los minutos al suelo
disimulando los saludos estirando la boca
diciendo que hay días con atmósfera de ojo
pero pensando que los pelos se están yendo para adentro
que mis uñas se duermen junto al hueso
y entonces llega una carta cansada
y todos los poros se abren para dejar escapar
las huellas las identidades
el humo acumulado para llorarse.
(De Poemas del Este, 1961)

PAVANA PARA UNA DEIDAD DE PIEDRA

Con el rostro escondido en lo hondo del espejo
y un itinerario sensual que recorre las sombras
con manos que juzgan una alegría extraviada
y actitudes de espera para contar silencios
la desnuda imagen invade la ciudad del aire
los labios respiran una veneración
de profanos arrepentimientos
y ciertas gasas o tules del amanecer
se duermen en el altar de sus senos.
Llega el sonido de los dones
la consagración del corazón de vidrio
la piel viva
el pelo tieso
las áreas sin contorno
la voz que piensa
los frisos sin eternidad.
La imagen sostiene todas las preguntas
inicia el viaje que no tuvo espera
sueña para ahuyentar los goces.
Y cuando dobla el torso para crecer
los duendes pequeños bordan sus ademanes
el halo improvisa guirnaldas
y la cálida fuente de luz
le lava el reflejo que la tarde
muerde en la constancia.Esta deidad olvida su dureza
porque todas las piedras han renacido
y es capaz de enternecer los rincones
de aquellos árboles amados por las madres
que a veces supieron engendrar un testimonio.
La deidad de piedra también se viste con edades.

PRÉDICA

Días que son apenas sustituibles
pequeñas siluetas que giran entre espinas
esa morbosa creadora de espectros
que enfunda la apariencia.
Qué hacer con esta piel que se devora a solas
con perfiles creando moradas
y tibios parpadeos
y hasta consignas para saborear el ocaso.
Mis bambalinas llegan desde la cuna
se parecen a un fetiche
que ha quedado perplejo
o tal vez a un rostro con poros de sal
o a esas epidemias susceptibles
de madurar entre monólogos.
—Estos vacíos que amamos son impersonales
colgados de reiterados entrecejos
suspiros de plumas
hermanos del polvo de la noche
incorporados como culebras
sobre los sentimientos—.

PRISIONES

Solo casi sin uno mismo
allí donde no puede oírse nada
ni siquiera el recuerdo.
Sola a veces una vocal extendida
o el crecer de la gramilla.
Nada es suficiente o destacado
las memorias son paliativos
tan menores y cobardes
que ocultan el pavor.
Solo sin pedazos de ruidos
antiguos
sin subir o bajar las tensiones
tan apartado de los sueños
o de eso que parece apenas
verdades.
Las vestimentas se han vencido
para siempre no hay cuidado para resistir:
el canto de la mañana
es de color cereza
como los gritos.