FOGUET, HUGO
TAI

�Un espléndido monumento fúnebre
fue descubierto en China�.

(De �La Opinión�, 14. 1. 73)

�Aquel que se vuelva se romperá
los huesos y caerá en el pasado.�

Henri Michaux

La marquesa Tai fue hallada en un suburbio de
Changsha
al final de un sueño de mil doscientos años.
La despertó el golpe cauteloso de un pico que
perforaba la costra
de carbón vegetal y arcilla blanca que por siglos
había separado su sueño
de las pisadas de los tigres y los hombres.
Renació de su capullo de veinte vestidos de
seda bordada
como una larva tierna
que el aire rodeó con la voracidad de un incendio
-un aire familiar que evocaba un continente
de lagos azules
de nubes reflejadas
de ríos encabritados como el dragón rampante que
reemplaza a los ángeles
en las doradas arpas de Tan Hsu-Chen-
Los gansos levantaron vuelo en el horizonte
gritando de alegría.
El comité de recepción invitó a la marquesa
-una muñequita de jade conservada en un vino
de ciruelas-
a dejar su ataúd de madera laqueada.
Y bajo la lluvia de finísimos hilos
y el amortiguado hedor de los estercoleros

recorrió el antiguo feudo
atendiendo graciosamente las disculpas de
sus anfitriones
que hablaban del mineral doméstico
del uranio y el torio y la presa
y los 800.000 kilovatios de la usina
y que un bocado extra de arroz por día
equivalen a cinco millones de kilogramos de arroz.
Pero la marquesa
-un rostro transparente como una gelatina
rosada-
sorda como una vieja mula
sólo atinaba a sonreír mientras afilaba sus
curvadas uñas
en las varas de los sauces
y preguntaba por la cabezas de los bandidos
rebeldes
clavadas en las picas de la plaza de Changsha.
Pero ya no hay picas clavadas en la plaza de
Changsha
ni esclavos niños en las minas de Kochiu
-los ya-t`ou deformes y sarnosos
gateando como topos en las galerías de Kochiu-
ni burdeles en la calzada Szechuan
ni carreteras de miel en los callejones de Shanghai
ni campos de adormideras al sur de las nubes.
Como pájaros disecados
eran los pies reducidos de la marquesa Tai.
El camino resultaba duro para sus pies
y el paisaje de humos, plantas de cemento
y fábricas
duro para sus ojos que eran los de un pez
acostumbrados al silencio y la negrura de las
fosas del mar.
Aferrándose a su memoria para no caer
respiró frente a las terrazas de arroz
y los escalones anegados que brillaban al sol
como un millón de sables
y reconoció con alegría los mismos obstinados
ojos campesinos
y sombreros de junco
y los pies hundidos como pezuñas en el barro.
Pero junto al molino
la sobresaltó descubrir una nurserie blanca como
un capullo de seda
y del otro lado de la colina
un dormitorio de muchachas.

La marquesa Tai fue devuelta
a su artístico ataúd de madera laqueada
y su corte de domésticos dragones de porcelana
bronces y marfiles y jades y lacas y sedas satinadas
que son el paraíso de los coleccionistas.
Y en la arboleda de viejos y ennegrecidos árboles
la lluvia mojó otra vez los túmulos de los
enterramientos familiares
y el agua se abrió paso hasta los huesos
transportándolos a profundos yacimientos
bajo los amplios y pacíficos pliegues de la
cordillera de Wu Meng.

A PTITZA UNA LECHUZA DE CAMPANARIO

Palabras que no deben nombrarse
irrecuperable por ejemplo
la dura huella del tiempo marcando la
arena de los días

-el ardid de la harina en el solado del
templo-
¿Quién nos robó
nos roba
continúa robándonos la ofrenda?

¿Qué dios celoso?
Y mientras tú vuelas ciñéndote a otras leyes
y tu pico va desgarrando vestiduras
vendas de momia
tristes vísceras que disimulamos apenas

A UN GRANADERO MUERTO EN JUNÍN

La suerte lo llevó a morir lejos de su casa
Cayó con la garganta abierta de un lanzazo
El arenal bebió su sangre y en los ojos
que el espanto petrificó
se reflejaron las montañas
En la lucha había perdido el morrión
y las jinetas de sargento
tan arduamente conseguidas
y también
una parte importante de la fe en ciertas ideas
duras y brillantes como cuarzo
que guardaba en su mochila
Últimamente aflojaba la rienda
y se tendía sobre el cogote del caballo
empuñando el sable
sin pensar demasiado
sostenido por la rutina y el amor propio

Su cuerpo quedó insepulto
Su calavera rodó por el lecho de los ríos
hasta adquirir el pulimento y la tersura
de una pieza de marfil

CANAL UN GRADO TREINTA SEGUNDOS, 9.12.77

Maldivas
agua crecida
sartal de malaquita
espuma verde sobre corales
tarsos de una sínfisis desarticulada
atolones
islas-sílabas de un nombre
balbuceos del Indico
melopea.

Rodeados por las barcas
en la dorada luz del mediodía
-la cruda luz de la razón helada-
la palabra voló
inescrutable
de un barco al otro
de un corazón al otro.
Fonemas
-unívoco sentido de la música-
mariposas de sal de la sonrisa.

1

Bombay
cielo blanco
meridiana
el sol como un carro de fuego
puertas abiertas del horno
vuelan espuertas de huesos
los huesos alimentan el fuego
el hambre alimenta las almas
la multitud alimenta la calle

Almuerzo en el Hilton:
roasted meta
legumbres
uvas de Alejandría
vino rojo
Frente al ventanal
pasa un muslim
que no come cerdo
un sivaíta
que come cordero
con la mano derecha
un jaina
que camina
barriendo el suelo a su paso

La luz empina el mar sobre las casas
Los barcos bornean en las techumbres
en el cielo acechan los buitres

2

Torres de silencio
mediodía
helada claridad de fuego
cruces negras
árboles de la vida
Asiduos prometeos
expuestos a la solícita voracidad de
los buitres
El cuerpo sutil
transmigra a nuevos territorios
de virtud o ignominia
Chorro de luz
por la palmera sube
el mar al cielo

Canto V
YAGANES

Los crisantemos amarillos murieron
antes de nacer
Isla de Keppel
amarrada al viento del océano
como un lobo cautivo entre la playa
y el mar libre
Gordas nubes de hielo pacen en las
turberas
y el vellón ensucia las colinas sin
árboles
�Llevé a mi querida María al cementerio
y le presenté a las personas allí enterradas�
Huéspedes indeseables la escarcha crujía
bajo las suelas
Pero no todo estaba en orden porque el
enterrador
aún no había cobrado por su trabajo
Eran muchos los muertos que aguardaban turno
Desde el Cabo de Hornos hasta Westminster Abbey
tendidos sobre la tierra helada
los muertos mezclaban el antiguo olor de
maderas húmedas
a la natural dignidad de estar muertos
mientras aguardaban a que los sepultureros
viruela alcohol y winchester terminaran
de beber su cerveza

Boat Memory tuvo una lápida en Londres
entre huérfanos de la Marina y sorprendidos
visitantes domingueros
pero su nombre yagán es una paloma
extraviada en las jarcias del Beagle

Canto VIII
ONAS

Talimeoat
el cazador de pájaros
adorna su frente con la pluma del
cuervo marino
Habitante de un mundo suspendido
sobre la espuma
piensa en la cima del acantilado
al acecho de los pájaros dormidos
Donde no llega el proyectil y el
álgebra del caballero cristiano
alcanza la mano gentil de Talimeoat
el cazador de pájaros

(Fragmentos de �En el Canal�)

CRECED Y MULTIPLICAOS

para abril
la producción de mostaza habrá alcanzado
el millón de frascos.
Martín vuelca el agua del cubo y piensa
que el agua es perfecta
como el Padre que está en los cielos.
El día de pronto ha estallado dentro de la torre
con un aroma a café nuevo
con un brillo de monedas recién acuñadas
con un ruido de trépanos, trafiladoras y
gusanos electrónicos.
Afuera el cielo es todavía un campo de batalla
poblado con los restos de viejos aviones de combate
carros asirios y melancólicas armaduras que guardan
el olor de los cuerpos.
Ha llegado para Lutero el instante de ofrecer
la jornada
junta sus duras manos de campesino
Señor
dice, acepta esta nueva derrota de tu Arcángel
humildemente te lo pedimos
no consientas que sea tentado
líbralo de todo mal
y restitúyele su corcel de guerra
Amén

EL PRESIDENTE

En la otra orilla del mundo suena la campanilla
de un teléfono.
Suena de lejos del lugar donde los árboles
se doblan bajo el peso del viento
donde la gente puede despertar una mañana y
encontrar
junto al diario y la botella de leche
a su presidente muerto.

Los chicos deletrean:
International
Telephone and Telegraph Company.
El teléfono es un cachorro mojado.
Las palabras
se borran en la arena de las playas
en las rodillas y las uñas de los que escarban
la tierra
en las bocas abiertas y selladas con tierra
de los muertos.

Los chicos deletrean:
Agency of Internatioal
Development.
El Mapocho es un rio.
Chuquicamata
un cerro destripado a bayonetazos.
Isla Negra
una playa.

En la otra orilla del mundo suena la campanilla
de un teléfono.
Los chicos deletrean:
Cerro Corporation
Kennecott
Anaconda.
San Miguel es un barrio da Santiago
las nubes son las nubes
la línea quebrada de los gráficos de producción
una cordillera.
Violeta Parra
un poeta.

Los chicos escriben:
450 millones de dólares
en armas tácticas
para defendernos de los petreles y las golondrinas
del mar
de las tortugas marinas y los erizos.

Los militares orinan contra el viento y se
mojan los pantalones.
Los militares están entrenados en USA
llevan escrito el nombre en las chaquetas
los instructores los llaman por el nombre
como a los perros de la jauría.

En la otra orilla del mundo suena la campanilla
de un teléfono.
Los chicos escriben:
presupuesto anual de la ITT
dos mil millones de dólares.
Los militares gastan borceguíes nuevos y sus ideas
huelen a bulbos podridos.
Los militares escuchan misa en el altar donde el
viento
hace flamear las banderas del ORDEN ESTABLECIDO
las INSTITUCIONES SALVADAS y las
CORPORACIONES

En la otra orilla del mundo suena la campanilla
de un teléfono.
Los chicos deletrean: Central Intelligence
Agency.
Panguipulli es un lugar donde la muerte
planea sobre los terrones.
El mar es el mar.
El Travesía un viento.
El Terral otro viento.
Neruda
un poeta.

Los chicos escriben:
en Cachapoal
y Villa Alegre crece el vino.
En Atacama
en Surire
en Pintados
la sal quema la encía de la tierra.
La Junta Militar quema libros.
Las piedras lloran.

En la otra orilla del mundo suena la campanilla
de un teléfono.
Los chicos copian de la pizarra:
ESTO NES UN GOLPE DE ESTADO — ESTO ES
UN MOVIMIENTO MILITAR
la guerra de la locomotora contra las violetas
de los robots contra el país de Alicia.
Los militares levantan las manos
muestran las palmas teñidas de sangre
y dicen:
La patria está salvada.
La patria de los soldados es una matrona tetuda
parada detrás de un balcón.
La patria sonríe con ferocidad a los bravos
que sudan bajo las chaquetas.

En la otra orilla del mundo suena la campanilla
de un teléfono.
Los chicos escriben:
El presidente ha muerto.
El Teniente es la mina de cobre más grande
del mundo.
El cobre es un mineral estratégico.
La sangre humana no es estratégica.
Los soldados dibujan margaritas en el pecho
de los mineros.

En la otra orilla del mundo suena la campanilla
de un teléfono.
El gobierno de los militares barre los escombros
y levanta las sillas caídas en La Moneda.
En el mercado mundial prevén oscilaciones
en el precio del cobre.

(De �Lecturas�)

MEDITACIÓN DE MARTÍN LUTERO

Lectura de Norman O. Brown

Martín Lutero
sentado en la letrina de a torre del monasterio
de Wittemberg
tiene a su costado la noche helada
el aullido del viento
el torvo dolor de sus tripas.
Termina de aplastar una cucaracha en el tabique
de madera
donde una mano escribió
el teléfono de Dios
da siempre ocupado.
Amanece con estrellas.
La escarcha
crujirá bajo las suelas de una compañía
de marines
y las orugas de los tanques.
Martín contempla los dedos que se mueven en
sus sandalias.
Es tan sólo un momento de distracción.
Dobla The New York Times y continua la lectura.
La Dow Chemical Company produce lavandina para
blanquear la ropa
y napalm para rociar el alma de los niños
mientras sus tecnólogos asisten de pie
sobre el césped recién cortado de Massachusetts
al oficio del domingo confiando en el éxito
de la próxima surprise-party.
Los chicos están vacunados contra la polio
aclara el comentarista
habrá cheese-hamburguer, smooth orange,
scharapells balls, silent button bomblets,
smart bombs, spider mine y dragon tooth mine.
Los dragones alados son arrastrados por el viento
como si fueran semillas
y los schrapnells estallan a un metro y medio
de la tierra
arrojando ciento cuatro bolitas de acero
detalles que relajan el esfínter de Lutero .
Desocupa su vientre mientras recita una jaculatoria.
La rana que entra y sale del cubo de agua
tiene un trasero gordo como una idea de economista.
Te conozco por el trasero
dice Martín
El ano de Satán es el lugar del mundo
donde la materia se transmuta
la olla a presión
el ojo de la tormenta que hace subir la taza
de interés
y donde el becerro
se transforma en el becerro de oro.
Los banqueros
dice Martín
manipulan el oro
con la misma alegría de los chicos cuando
juegan con sus excrementos.
Te adoramos
Te bendecimos
Te damos gracias Abbadon
que colmas de alegría las ciudades
de automóviles las carreteras
de mercaderes las naves de los templos.
¿Quién guardó el oro en sus entrañas para hacernos
felices?
Es absurdo oponerle el pobre hombre coronado
de espinas
sacamuelas que agita el tónico que hace crecer
el pelo de la buena vida cristiana
(Por supuesto querido Jesús
yo creo en ese otro mundo de la gente sin cuerpo
de las almas sin sexo
de las alegrías eternas y los eternos días felices
pero sucede que mi casa está debajo del elevado
en un callejón donde los borrachos blasfeman
y vomitan en la madrugada)

Martín se asoma a la ventanita.
Hay un bosque de pinos que desciende hasta la
playa
donde los gatos lucen muertos lustrosos y bellos
con los ojos abiertos y las finas lenguas asomando
entre los dientes.
La arena está sucia de petróleo.
El bosque
ha sido talado
pero el afiche de Pam-Am tiene luna llena
las agujas de los pinos calientan los hornos
de fundición
y Musidora es una berlina que corre a trescientos
kilómetros por hora
mientras los galápagos de los atolones nadan ciegos
en la arena.
The New York Times confirma la noticia de la paz
Inminente.
Martín comienza a sospechar que la felicidad es
un estado
del que el hombre no tiene culpa
(por el camino
avanza un desertor de la Guerra de Treinta Años
que sueña con una lata de sopa de tortuga
pero que debe conformarse con el muslo de
un ajusticiado
Te has comido a Dios
le grita Martín
pero no escarbes demasiado
es mejor sentir hambre que deseos de inmortalidad)
Martín cierra el diario con la convicción de
preferir
el scoth al bourbon
el Caribe a Hawai
la margarina a la manteca
el diablo a dios.
La rana ha elegido la rodilla de Lutero.
Tiene los ojos como duro y fragorosos cristales
y el trasero como un anillo de hierro colado.
El ano de Satán es el ojo del mundo
un círculo de fuego
inviolable como la aureola de un santo
secreto como un jardín árabe
y donde la razón de estado convive con la ciencia
y la tecnología.

I love you
dice la muchacha parada debajo del manzano.
I love you
dice el hombre parado debajo del manzano.
En la pantalla del televisor
un automóvil se desliza por la carretera
con un tarro de mostaza sobre el capó.

NAVIDAD 71

Tal vez un paraíso sea insuficiente
para albergar
un ejército de mendigos rotosos
de soldados en retirada
de hippies mugrientos
de prostitutas todavía jóvenes
de mujeres calvas
de chicos quemados con napalm
ahora que los templos están sumergidos
y el tabernáculo
-misterio del amor-
sólo encierra un sombrío molusco sin sangre.

* Nació en San Miguel de Tucumán el 3 de diciembre de 1923, y falleció en 1986.

NEVANDO EN NIKO

Este Hamlet japonés de apariencia de schollar
es Yukio Mishima
y la calavera
que sostiene las descarnadas manos de samurái
derrotado por la historia
es la cabeza del primer Tokugawa en cuya tumba
del Toshogu
la nieve cae desde los últimos días de diciembre.

Vanamente el poeta ha interrogado el ciego espejo
que la apretada espesura de la muerte
simula en las órbitas vacías.
Tokugawa Ieyasu ha sonreído.
Del espíritu osado que los hombres
sembraron en la cuesta de los cedros
nada queda.
Sekigahara y el campo
de lentos caballos agonizantes
es una rosa de papel
un biombo ilustrado de mi castillo de Sumpu

Soy este loto y esta cig�eña
el gongo de los templos en la tarde
las nubes que disfrazan los montes
la nieve que pesa sobre mis huesos. ¿Algún día habrá una imagen fiel
de Ch`in Huang Ti el emperador
de nariz prominente y ojos rasgados?

Pierre Doublet

El emperador Ch`in Shih Huang Ti se lamentaba:
Mandé construir un panteón que me sobreviviera
y un ejército de muñecos de arcilla que guardara
el sueño de la inmortalidad.
Los generales de finos cabellos amarrados a la nuca
los arqueros con una rodilla en tierra
los caballeros armados con lanzas que eran como
un bosque de bambúes
y los mercenarios de las estepas
fueron finalmente sorprendidos.
Fui
saqueado e incendiado
y ni los libros que un día mandé quemar
ni los eruditos confucianos que hice decapitar
ni las concubinas que bajaron conmigo a la tumba
estaban allí para acompañarme.
Sólo recuerdo ahora la noble cabeza de un caballo
y el vuelo de los patos mandarines bordados en la
túnica de Meng Chiang Nu.

NOFRE

A Inés Aráoz

(En Saqqarah, en el Valle de los Reyes, un obrero
de la cuadrilla de excavaciones del arqueólogo Mousse
descubrió, mientras buscaba inscripciones en las estatuas
de los pájaros sagrados en la pirámide del faraón Djesser,
una momia de 45 siglos de antig�edad, sepultada sobre
el lado derecho, de espaldas al sol naciente, contraviniendo
precisas disposiciones divinas. Los jeroglíficos encontrados
en el sarcófago manifestaban la voluntad del muerto a su
esposa Kinsu de ser inhumado en esas condiciones.)

El chacal de pelo rojo y larga cola vigila las
arenas
Señor del País Sagrado
de la bella tierra de los bellos caminos
la campiña de las juncias
la región donde los muertos lloran a los muertos.
Dios con cabeza de perro
mi corazón está en la balanza y no me dejará mentir.
Yo también esperé que el monzón hiciera caer la
lluvia en las altas mesetas
y me alegré cuando la inundación cubrió la orilla
de los papiros.
Desde la puerta de mi casa
conté las galeras que remontaban el Nilo con la vela
inflada de viento como una mejilla
y asistí en la estación de Shem
a los empavadores del trigo
y cacé en la larga cadena de pantanos
próxima al río
y pagué mis impuestos
y agasajé a los amigos
y despedí al ejército cuando partió al Uadi Maghara
y en la ciudad de mis antepasados
deposité junto al sarcófago la vajilla de alabastro
las jarras de aceite
los copones de dátiles y de pasas de higo
y al anochecer
en mi terraza
gocé de la fresca brisa que sopla del norte
y pulsé el sistro
mientras escuchaba al león rugir en el desierto
y a los hipopótamos chapotear en el agua cenagosa
del Nilo.
Ningún dios me acompañaba.
En la noche
sólo Kinsu seguía a mi lado
y yo podía besar su cabellera oscura como los
frutos del endrino
y acariciar sus senos.
Pero nadie
es verdaderamente libre si desconoce
los límites de su libertad.
Y estuve en el Templo
y escudriñé en la barca como un ladrón
y miré entre los cuernos de Hathor
y vi al Halcón Divino remontarse en el cielo
blanco del mediodía
y permanecer allí como un batintín de oro
pero sin sonido
y quise conocer el rostro de Amon Re
y quise nombrar el nombre que nadie debe nombrar.
Entonces comprendí que mi corazón jamás equilbraría
la balanza
y que ni Anubis ni Kherti ni Osiris ni el dios
más puro de Heliópolis
apostaría a su favor.
El hombre como el pájaro akhu vuela sólo dos veces:
al nacer y al morir el día.
Acepté que mi cuerpo
pudiera despertar una mañana entre las frías
manos de los embalsamadores
pero que mi alma sin el sostén de las vísceras
no sería otra cosa que un pequeño pájaro sin suerte.
Y todavía busqué
entre las cosas simples que me rodeaban
-el bosquecito de los sicomoros
el camino de la playa
las trombas de arena que se forman en el desierto
los largos muslos de Kinsu-
el rostro irrecordable de la Divinidad.
Y sólo encontré el aire
que reverberaba en las piedras calientes
el olor y el reflejo del agua en los pozos
del desierto.
Y me tendí a la sombra del Templo
y cerré los ojos
y todavía y por un tiempo
los himnos resonaron en mi corazón.

La vida de Nofre se extinguió
en el sexto año del reinado del faraón Niuserre
en los primeros meses de la estación de las inundaciones
cuando los ibis sagrados abandonaban
los altos pajonales de las orillas.

PAISAJE CON FIGURA

Es un jardín y una casa en medio del jardín
Una casa de ventanas abiertas a la luz del mundo
-al claroscuro de la música del mundo-
como los ojos amados que la habitan
Hay una mano lograda con un toque único de pincel
saludando en la ventana
Una sonrisa se insinúa en los ojos
y en los labios la mirada se humedece y abrillanta
Como la imagen del espejo
todo está cerca y a la vez distante
Los dedos ensayan una caricia que el cristal rechaza
con otros dedos fríos y simétricos
De este lado del cuadro hay un hombre y una verja
que no fueron pintados
Permanecen suspendidos en la zona imprecisa de
lo dubitable
El hombre es tan sólo un detalle de
lo cotidiano
como el rayo de sol en el alféizar
la cinta de plata del caracol en la hoja
de hiedra
la tierra de los libros
el adagio de una sonata salzburguesa
o la mano que quita el polvo
mientras los ojos leen la estrofa
el mero verso de Cavafis
el párrafo de Conrad
-agua ciega
pozo de la memoria-
del libro que no habrá tiempo de releer
Y de pronto el horror de los pequeños
huevos color caramelo
de las pequeñas alas chamuscadas en el
Pound comido por las hormigas

TRAJANO LLORA FRENTE AL MAR

Este viejo
que llora frente al mar
es Trajano
Qué viento
se pregunta
y qué nubes como éstas que el viento arruma
en el horizonte del golfo
y qué olas
y qué arena oscura de una playa que la
bajamar descubre
aguardan por mi hoguera
por los leños que en una madrugada y
frente a otro mar
arrasarán mi carne
Qué materia sutil
destruirá el fuego
qué sueño de ciudades entrevistas sólo
en sueños
de orillas de un río turbio de cadáveres
de un templo donde los monos chillan y
ensucian en las gradas
Es un viejo el que pregunta si lo que no
viviremos
es más importante que lo vivido
Un viejo
que llora frente al mar mientras las
legiones
se reponen de fiebres y fatigas tras
los muros de Sharax

(De �Naufragios�)