FONTAU, MABEL
BATALLAS

Apenas un cansancio. Reaparece,
cobra piel y se instala sorpresivo.
Tedio crepuscular que sin motivo
se hace dueño del alma. Y anochece.
Me invade su raíz, la sombra crece
como un germen salvaje, sin cultivo.
Mi sangre se rebela. Y sobrevivo
en el sueño del día que amanece. Brilla el sol coronando la batalla.
Pero vuelve el desgano —la pantalla—
donde encubre el dolor su mordedura.
Y así siempre, la fuerza del deseo
salta por mí las cumbres que rodeo.
¡Dios mío! Que no estalle mi armadura.

BUENOS AIRES

Mi tierra.
Fuego y agua es uno,
brote de tu entraña,
creciente de un mar de piel cobre y platino.
Vida, mano a mano que traza el destino
—ley de brújula causal y lengua extraña—
Vástagos en tu monte de arcas lejanas,
somos vuelo y confesión de tus caminos
hacia un sol, que mira al sur en su mañana.
Llora el alma sin palabras tu tristeza,
cielo y cristal en la piedra humedecida
por la vuelta de un fantasma: la partida.
Muerte y cruz, la puñalada sin grandeza,
luz que en tu crepúsculo es sangre y belleza,
noche triste que un zorzal canta a tu vida
con lluvia de estrellas sobre tu cabeza.
Pasado inmortal, arco iris que
avanza tras la garúa gris;
pinta tus paisajes, viste a tus máscaras de insomnes ropajes y embriaga luces
para un fuelle que danza.
Los que vivimos en tu sueño de paz,
tu remembranza,
los mareados por tu amor,
tus personajes, somos tú,
con tus nostalgias y engranajes.
Hoy, tu identidad.
Y siempre, tu esperanza.

CALVARIO

Sombras chinescas liban la miel roja
de la tarde, serpiente de espesura
reptando su sangrienta mordedura
en el alma de un sol que se deshoja.
Visiones encendidas de locura
o realidad, tal vez de una congoja
que nunca cicatriza, que me arroja
la imagen abismal de esa fisura
abierta internamente en el dolor,
la llaga dulce y triste de un amor
que en cada proyección se cristaliza.
Amor que sangra en el sombrío sueño
su calvario de luz, ardor de un leño
sin llama, que se niega a ser ceniza.

CERTEZA

En esta pauta de silencios vanos,
burdo disfraz de un horizonte abierto,
se ahogan las llamas del amor. Lo cierto,
es que el tiempo se escapa entre mis manos
como agua derramada en un desierto.
Son horas inconexas, inhumanos
huecos sin voz, encuentros tan lejanos
a la deriva. No hay faro, ni puerto. La niebla en lo callado y en lo escrito,
cubriendo la distancia sostenida.
Y el fantasmal silencio, como un rito.
Una entrega de amor, una partida,
un vacío implacable e infinito.
Y entre unos y otros se me va la vida.

CONSSAGRACIÓN

Busca el surco de luz con el sustento
de su eterna esperanza en un exilio
de la sombra. Hallará, como Virgilio,
su fuerza en el amor. Y el fundamento
de su existencia. Llega ese momento
de la conciencia en un total concilio
con la vida, y el alma en pleno idilio
la vive con la unción de un sacramento.
Con su vuelo en la luz de la poesía,
su infatigable búsqueda y su guía
en la entrega al Amor Unificado.
La apertura al misterio trascendente
consagra cada haber de su presente
a la fe en un destino señalado.

CONTINUIDAD

Amar es la pulsión de nuestra vida.
Es la brújula en cada recorrido
a través de un misterio incomprendido,
que en la humana razón no halla cabida.
Que tan solo en el alma es concebido,
en su entrega de amor, en su poesía.
Su aliento es la sublime epifanía,
la fe en el infinito presentido.En cada etapa vibra el desenlace.
Se comienza a morir cuando se nace.
Pero el alma prosigue. Ya mis suertes
se han echado y escrito en las estrellas.
El tiempo borrará todas mis huellas.
Y mi amor vencerá todas las muertes.

DESENCUENTRO

No encuentro mis rostros
en el continente virtual de mi máscara.
Un brazo de luz entre los ojos
borra los surcos de piedra.
No hay herida en la frente.
Las lejanías revierten los pasos
desde un ciclo de estrellas fugaces
que palidecen.
Las voces se acallan en los años.
Un tiempo de tinieblas
desdibuja en mi cristal
sorbos de vida añeja.
El dolor sedimenta en el fondo del vaso
la sustancia de un arcano sueño
que es retorno
sin haber sido vuelo.
Allí, pierdo mi rastro.

DESIERTO

Siempre encuentra un hueco
para llegar a mis torres
y esperar la mañana.
Incansable
vuelve la tristeza golpeando sus nudillos
sobre los bordes de mi corola abierta
que se deshoja lentamente
Sólo el tiempo sabe del perfume amargo
de esas noches cómplices
cuando el alma entrega el azul de sus sueños
en cada batalla
Y el fantasma gris revela un señuelo de luz
que nunca amanece
Me absorbe la noche
lacrada por esta luna desierta de versos
que no se atreve a saltar al agua
Las sombras remontan su silencio de pájaros
Y el color del espacio se ahoga
en el pulso de cada palabra
que no he pronunciado

EN SECRETO

Qué dicen los silencios en secreto
cuando ya las palabras han partido,
y hay un blanco desierto. Qué escondido
susurro me estremece sin objeto,
hasta fundirse ahogado en un soneto
que no dice, que no habla, que ha sentido
el ardor incesante de un bramido,
acechando en el alma. Y siempre quieto,
se encierra en la pasión de su extravío.
En el blanco desierto el infinito
desgarra las fronteras. Desafío
del dolor más callado y más contrito,
de un amor que hoy desborda mi vacío.
Y un silencio que quiere ser un grito.

ENIGMA

I II
Vives excavando Más allá de la duda y el misterio
en lo creado, compleja criatura, ¿qué esperas descubrir?
ya no pienses ilumina tus aguas sin ver
en la noche cerrada fuera del tiempo
sin estrellas donde hallar el comienzo
ni la inasible cumbre del final
latente Sólo en el mar de tu memoria en su estela existencial está el secreto
Sagrado, vibra el enigma causal de luz y sombra,
en aquel destello que no es tuyo, y tampoco es
del todo desconocido,
que es como la imagen dual de un sueño oscuro
simplemente el vacío que retorna
III
Vives excavando, más allá de la duda y el misterio
en lo creado, compleja criatura, ¿qué esperas descubrir?
ya no pienses, ilumina tus aguas sin ver
en la noche cerrada, fuera del tiempo,
sin estrellas donde hallar el comienzo
ni la inasible cumbre del final,
latente sólo en el mar de tu memoria,
en su estela existencial está el secreto.
Sagrado, vibra el enigma causal de luz y sombra,
en aquel destello que no es tuyo, y tampoco es
del todo desconocido,
que es como la imagen dual de un sueño oscuro,
simplemente el vacío que retorna.

IMPOSIBLE

En promesa
donde el sueño se consume
y el alma se entrega
la noche del sueño imposible
se abre en llamas perfectas
Y estas ansias corpóreas
que modelan la sombra
se desprenden. Me dejan.
Inhabitado. Libre mi ser.
Sin barreras de memorias y espectros.
En el exilio de todos los sueños,
astrales resalvos de estrellas
absorben mi cuerpo.
Y ciego sin pupilas
contemplo el rito de todos los fuegos.
Desmembrado,
al vacío me abrazo.
Y camino sin pies por el tiempo.
Movimiento continuo de un orden.
Soy ingrávido espacio
todavía prisionero.
Y en el cerco infinito me acosa el deseo
de estallar como estalla el silencio.

LARVAS

I II
Navíos de espuma Robando el horizonte
zozobran sus risas inconcientes entre lágrimas azules
encendiendo lunas que desaparecen
infieles detrás de alguna sombra,
a la noche interminable llegan extraviados soles
las manos sangrantes, los rostros sin luces
silenciosos versos remando en la penumbra
buscando en el aire las huellas de olvidados nombres,
un naufragio de estrellas y sueños yacentes,
En mares desiertos flotan sin cuerpo,
ausentes los sueños que no han sido
y duelen porque aun inciertos gimen, distantes
en la ingravidez del olvido como larvas,
yacen sin haber muerto y sin haber nacido
III
Navíos de espuma robando el horizonte
zozobran sus risas inconcientes entre lágrimas azules
encendiendo lunas que desaparecen
infieles detrás de alguna sombra,
a la noche interminable llegan extraviados soles
las manos sangrantes, los rostros sin luces,
silenciosos versos remando en la penumbra
buscando en el aire las huellas de olvidados nombres,
un naufragio de estrellas y sueños yacentes.
En mares desiertos flotan sin cuerpo, ausentes los sueños que no han sido
y duelen porque aun inciertos gimen, distantes
en la ingravidez del olvido como larvas,
yacen sin haber muerto y sin haber nacido.

NUMEN

No sabes de límites
ni rumbos
incansable vertiente a la deriva,
de sangre inusitados pulsos,
corcel soñador de lejanías
salvador de cumbres
creador de mundos
desde el abismo infinito —tu guarida—
ciego surges y corres tu propio discurso
sin riendas.
Al viento tus cuencas vacías
nunca cicatrizan
tan sólo se enfrían
para ser de nuevo fruto
para ser de nuevo llama
y volver a ser ceniza.
Inacabable semental de impulsos
montada en tus sueños va mi vida �

OQUEDAD

Sin norte, mudas
están mis nubes de espuma,
perdida su luz de horizonte,
carentes de mar, me rondan,
me acechan desde el silencio. Me duelen
los sueños que no he permitido,
ahogados en soles y lunas
que hoy guarda mi sangre.
Y las altas mareas
que azularon mis ojos un día,
se duermen calladas.
Sólo un dolor inmóvil de huesos vacíos
Y un temblor vespertino
en las alas plegadas,
ausencia de canto en las piedras
y destierro de vírgenes playas.
No me queda en los poros de arena
ni siquiera el estigma
de una sola palabra.

SIN REGRESO

Ya no indago en los astros lo que fue.
No pienso del amor:¿qué será luego?
La llama es siempre luz, la luz es fuego
como el amor, que existe sin porqué.
Tú, ¿qué piensas, lo sabes? Yo no sé
de causas ni destinos. Es tan ciego
el horizonte amado que despliego
mis velas, sin saber a donde iré. Pero sé que este sueño es el amor.
Que navego a tu encuentro sin temor.
Mi nave nunca volverá a su orilla.
Sé que en este presente no hay regreso.
Que mi madera, ardida entre tus besos
quemará con pasión su última astilla.

TIEMPO

Qué raro movimiento el de esta esfera
donde andamos tan rápido y tan lento,
donde un siglo de dicha es un momento
y un año serán cien para el que espera.
Cuando el tiempo se pierde en la frontera
que marcan la ansiedad y el sentimiento,
su medida es un sueño o un tormento,
su verdad, un misterio, una quimera.
Y al paso como cuentas de un rosario,
seguimos deshojando calendarios,
prendidos a la serie numerada
de un tiempo relativo, rito infiel,
su realidad es sombra entre la piel
hasta el día y la hora señalada.

TU SELLO

Como guarda el espíritu el proceso
sagrado de la vida que se inicia,
mi piel guarda en sus poros tu caricia,
y mi boca, las mieles de tu beso.
Me aferro a tu placer con la avaricia
que da el tiempo dichoso. Y es por eso
imposible el olvido, su regreso
se fija en la memoria y se reinicia
en los sentidos el momento vivo.
Tu sello inolvidable está cautivo
en mi cuerpo y mi alma, y su tesoro
es el signo de luz donde te miro,
te acaricio, te beso, te respiro.
Y cada nuevo día me enamoro.