LEONARDI HERRAN, TERESA
A VECES EL TIEMPO

A veces el tiempo se rehúsa a su fuga
Como serpiente a la que ya no fascina más la música
regresa al clauso cesto del ayer
En posición fetal se alimenta de imágenes pasadas
Vuelven tus ojos bebiéndome como una boca cósmica
y aquellas hojas muertas de nuevo vivas en el árbol cantan
Aún no hemos cruzado a esa otra orilla
donde seremos huérfanos por siempre
Las campanas tocan a boda
y hermosos son los días que enloquecen
suben en el crepúsculo descienden hacia el alba
bajo altos soles la noche se inaugura
Marchamos anudados
La muerte iza banderas de armisticio
Nuestro niño aún duerme en la semilla
Amor en esta orilla
donde no presentimos el horror ni los duelos
la alegría nos corona con su luz cotidiana
y está lejos muy lejos
la tierra de los muertos insepultos
y el huracán que viene de los blancos pañuelos

ABRIL CORZA DE COBRE

Abril corza de cobre
recién desperezado y ya convocas
a breve luz los días
a presurosa alquimia a los jardines
Bajo tu sombra de oro estrechar quiero
los fantasmas que tu viento me acerca:
muchachas de ojos oscuros ardiendo como Juana
en las hogueras de la intolerancia
huesos extraviados que el terrible amor aún busca
y aquella vieja galería de sueños
que llevaba a ciudades de dios sobre la tierra
Y al irte abril
cuando fiel a tus costumbres de gitano
me robes dulces materias que acumuló el verano
deja al menos para esta cabeza disidente
la silla de hierro que enloqueció llevándose a la abuela
y sobre su duro asiento acurrucada ingrávida
volar pueda para encontrar de nuevo su desdentada voz
cantándome la más antigua nana
aquella que al fin duerma mi corazón insomne

AUTONOMÍA

Nuestro amor como un condenado a muerte
vive en presente absoluto
No hace proyectos no espera ser absuelto
no dice mañana el mes próximo dentro de un año
incandescente arde en todo instante
porque cada día es su último día
Como un reo que aguarda el cadalso
extrae belleza del recortado cielo de la celda
sus mendrugos de pan saben a los bizcochos
que la madre amasaba los domingos
Nuestro amor este niño demente
agudiza su ingenio
inventa una salida para su condición de animal acosado:
es una asteria azul que abandona la pata o la cabeza
a la ferocidad de su precario sino
Alas se regeneran de su muñón sangrante
de su deg�ello nace un sol interminable

COMULGANTE ROTA

Mujer en fragmentos
Sobre la tierra impiadosa
lapidada por súcubo
¿Cuál el camino para esta Gretel desobediente
que se distrajo sembrando miguitas dulces de su cuerpo?
El destino atascando el timón del amanecer
Los ojos abiertos miran lunas oscuras
devorando el jardín
¿Oyes su boca que muge por estar apartada de sus besos?
Comulgante rota
a salvo ya de toda mandíbula
que no sea la de su propio corazón donde hierve la pena
Se enrosca se anuda se ahorca
cerrada a toda luz que no venga
de aquella verde en un edén remoto
cuando eva en su adán
costilla en su esternón
niña en su semen
gozosa por nonata
fue la no separada
Gretel
¿dónde tu Hansel
para volver siameses a la cuna de fuego?

ESA MEMORIA

a Silvia Aramayo.

Esa memoria, concertadora de las personas, esa signadora del porvenir que espera con los brazos abiertos.

Francisco Urondo

Nunca ausentes en las colinas del ayer
junto a los compañeros que hilaban el tapiz del mañana
No te equivoques no somos la mujer de Lot
aquella de la mirada vuelta hacia la pura destrucción
Tenaz nuestra memoria con su doble semilla:
un abierto pasado resuelto en levadura de la luz por venir
Me recuerdo de Silvia remolino con faldas ojos de corza
antorcha de su risa demoliendo los miedos
su ir y venir de alondra en la enramada azul de los �70
sin olvidar los besos y el deseo
porque �el amor también una pasión revolucionaria�
Aún la miro estirando cual tiento al breve día
y en la noche menguante su boca de Scherezade
contándonos las cartografías de los mundos posibles
Cómo se multiplicaba la compañera
y era el milagro de una muchacha leve haciéndose plural
en los preparativos de un país por llegar
Hoy no sabemos dónde tantos cuerpos robados
pero algo nos dice que la flecha del tiempo
su dirección y el blanco al que apunta
está hecha con la dulce médula de sus huesos
Cuánta tristeza en esta Edad de Hielo
es su reunida e insurgente sangre
Oh ternura oh brasas encendidas
estrellas en esta larga noche del adviento
memorias donde vive nuestra confianza que de súbito
sobre verdes colinas
los vagidos del mundo que soñaron

LOS COMULGANTES

Antes que huya
la exigua arena que aún queda en el reloj
y desclave la luz donde anidamos
me amas
como una carne ciega
que ojos tuvo tocando a su gemela
te amo
como cierta corola a sui pez turbulento
Yo siempre convidada a la mesa del llanto
en esta tauromaquia de la vida
extendí la capa de mi corazón
y un carnívoro sol su repentino fuego
vino a quemar su terciopelo triste
De la gozosa herida que no cierra
cae nuestra sangre ebria
naciendo a contramano de las barcas
que hacia idénticos puertos quietas bogan
Amor
nosotros que fundamos sobre un campo minado este país de dos
sólo viajamos de orilla a orilla
de nuestro cuerpo unánime
extasiado
Y antiquísimas frutas bajan a nuestra boca
para que comulguemos

MASACRE EN PALOMITAS

Brillan con luz distinta en la noche de invierno
los dientes de los lobos que vomitó el infierno
y los rostros de los compañeros que entran en la muerte
Aquí cantó Celia la de los pechos llenos aún de leche
la última canción de cuna para el hijo arrancado de su seno
aquí esparció sus ojos claros Georgina que repartía
su risa y su salario entre los condenados de la tierra
en este campo Pablo con los huesos quebrados
hincó su pobre rodilla para siempre
y las alas de Luis adolescente aquí afirmaron
su odio a las cadenas
De tanto fuego permanece el fuego
ni con dientes ni con balas muere el fuego
ni con mares se apaga su fulgor que atraviesa la historia
Llama que va de mano en mano de pueblo en pueblo
de mártires en mártires de hombre en mujer pasando
y volverá ceniza el mundo viejo
el mundo de la usura del hambre y de la jaula
De la sangre vertida en Palomitas
nacen soles y banderas fraternas
nacen jóvenes bosques donde la ronda de los niños canta
¿Lobo estás? Y responde la vida con fervor de muchacha
¡Se ha ido para siempre!

MUJER DIBUJANDO LOS PAÍSES POR VENIR

Un mapa que no contenga el país
de la Utopía no merece ni siquiera un vistazo

Oscar Wilde

Ha roto con el árbol genealógico
Al señor con galera que vivía en su memoria derecha
lo envenenó esta madrugada.
A la abuela con bucles
que en la foto se esconde detrás de un abanico
la encerró en el sótano.
Al tío que distinguía con su nariz enorme
quienes eran bastardos en familias ilustres
lo ha izado hasta las nubes para que no regrese.
En el invierno alimenta la estufa
con las hojas del Derecho Romano.
Aplaude los desastres bursátiles
y confía en los terremotos futuros.
¿Cuál dueño de los establos de occidente
podrá darle caza
a la jineta que cabalga furiosa
dibujando el mapa de los países por venir?

MUJER EQUILIBRISTA CON JOROBA

Amor sostiene solo el edificio
Cuida que las paredes no se herrumbren
que el techo tenga su territorio de gorriones
que el jardín siga abrevando en la garganta del mañana
Mujer trapecista sobre la cuerda de un sueño
esquivando huracanes eclipses nubes desmemoriadas
cargo sobre mi joroba la belleza de un tiempo que huye
y te llevo en mis brazos cual si fueras un niño
amigo que encontraste una muchacha frutal
lejos del bosque de mi corazón
Abajo en las arenas del circo
la gente ansiosa aguarda que mi pie tropiece
que se rompa con estrépito de porcelana azul
de cántaro irrepetible
el mundo que construimos
Los que esperan el espectáculo tendrán que marcharse
recoger sus tristes sombreros acomodarse los ojos de vidrio
el circo no cumplió lo que anunciaba
La equilibrista a pesar de todo
vuelve a posar su pie en el lugar donde la vida sigue

OPERACIÓN “PLOMO FUNDIDO”

1937, abril 27, Guernica es incendiada desde el cielo
2008, diciembre 27, se inicia en Palestina otra lluvia de fuego Hijos de la Shoá
(ese holocausto inscripto como mancha indeleble
en la piel de la historia)
¿son ustedes ahora
los que en el aire cavan tumbas para los niños
y renuevan el ciclo del hierro y la barbarie?
¿Con cuál llave abriremos la puerta del mañana?
¿Podrá crecer el árbol que dé luz y esperanza?
¿Qué Luxun nos dirá palabras-jabalinas
para de muerte herir este sol negro?
¿Qué Darwich regresará a cantarnos
su poema-intifada que derroque al infierno?
El amor derrotado
huye entre escombros que humean
y cuerpos que apagaron su resplandor carnal
¡No desesperen madres dolorosas del mundo!
Esta épica impura se hará ardiente memoria
y el viejo topo de las catacumbas
su insomne caminar seguirá terco
hasta que estalle el día de otro mundo posible

ORDEN DE CAZA AL ANIMAL DESMEDIDO

Al amor ese cáncer destrúyanlo
antes que haga metástasis
y colonice la mente y las entrañas
antes que al ojo llegue
y vuelva su retina un campo ciego
que solo mirar puede el cuerpo amado
antes que del oído promiscuo caracol
nazca el puro unicornio
que oye solo la voz enamorada
Búsquenlo en su cubículo de animal desmedido
extirpen sus células solares
pidan auxilio al derecho romano a los gendarmes
y si a pesar de todo
insistiera en crecer
en desbordar océanos
enciérrenlo en asilo con camisa de fuerza
corten su lengua quémenle su fuego
pidan ayuda a dios el gran ausente
para matar del todo al que no muere
al que morir no puede

PORQUE SOBRE LA TIERRA NO HAY CAMINOS

Animales fervorosos o melancólicos
en el aire viviendo porque sobre la tierra no hay caminos
construyendo fugaces fortalezas
puentes de arena calles de rocío
perdiendo el equilibrio
cayendo interminables las disímiles sangres una en otra
hasta encontrar oh Hansel en tu cuerpo
el secreto para volver a casa de los padres
allí donde la bruja ni la noche nunca nos encontraron
paraíso precario donde fuiste
el más niño de todos
durmiendo sin terrores
sobre mi larga trenza de Gretel fugitiva
Oscuros animales desanclados
devorándonos dulces los inútiles pies
apurando este vino de catástrofes sueños
desmayos de holoturias breves muertes
hasta que andrógino de luz con cuatro brazos
nos cubran heliantemos y venados
porque sobre la tierra no hay caminos

REVIVIENDO UNA ANTIGUA ÉPICA PROVENZAL

En el infierno de las parafilias fui tu Virgilio
Llegaste tarde al palacio de los excesos
porque habías leído mal a Blake
e ignorabas la extraña sed que duerme en ciertos cuerpos
Siempre clandestinos
siempre esa cuidadosa relojería para encontrarnos
en hoteles de paso escondidos zaguanes
reviviendo una antigua épica provenzal
que sabíamos terminaría en un naufragio
Hoy tan lejos tu amada carne de la mía
y yo boqueando todavía en el estanque
celebrando cuan rápidos los días
que me acercan a vos
a esa intima unión con tu materia
y entonces sólo entonces vos Virgilio
enseñándome el país de lo invisible

RUEGO DE ZORRO AL PRINCIPITO

Un oscuro reloj deambula por tu sueño
La amazona sin rostro ha venido a buscarte
Y si vos, tan demente por tu única rosa
decidieras volver a lo invisible
¿cómo encontrarte después entre las galaxias,
yo, el necesitado del astrolabio de tu corazón?
Este ruego de náufrago a ti va dirigido
No busques otra pradera que esta tierra enceldada
Combate aquí y ahora al baobab nacido de una verde moneda
A su sombra letal la Edad Glacial regresa
Se detiene la danza de todo lo viviente
Petit Prince
si renuncias al viaje
yo seguiré cosido a tu costado
y en la coreografía de los astros
ninguno equivocará su paso de oro
Será dulce esperar junto a tu cuerpo
que maduren los frutos que anhelamos:
cayendo en el abismo
el pálido banquero de tu cuarto planeta
y un tiempo sin usura
poniendo los manteles del banquete terrestre

VENDRÁN DÍAS

a Mirta Torres

Por ahora
ni con las ramitas que recogimos en el bosque azul
ni con los insomnes papeles que seguimos tatuando
ni con el alcohol de otro tiempo —embriagante —
que se añeja hermosísimo en la bodega de la memoria
podemos volver a encender el fuego de antaño
A nosotros furiosos amantes de todo lo visible
nos atraviesan dudas metafísicas
a qué reino pertenecemos ahora que somos tan leves
y hemos extraviado un pueblo entero de hermanos
esos niños de Hamelin alucinados por la música futura
Sin embargo seguimos anclados a la vida
donde echamos raíces tercamente
mientras la muerte silba sus más crueles canciones
con su cara de hambre de odio de injusticia
y algunos como yo hunden sus alas en la tierra
no para dejar de volar sino para soñar mejor
Oh paciencia madrina de las revoluciones
bórdanos en el pecho calendarios precisos
no los que uno quisiera sino los necesarios
días en que bastará una sola ramita
para que el fuego encienda y regrese el incendio
y sea cierta la música que hasta el martirio amaron
esos niños que hoy duermen en secretas comarcas