PIÑA, CRISTINA
CORTE Y CONFECCIÓN

Se recorta, se hilvana,
se pretende zurcir y no se puede:
la tela sobra y hay un costado
que infinitamente falta:
la puntilla no tapa
el agujero del pecho,
los frunces no concilian
su aire festivo
con las heridas de la soledad.
Se descose, se amputa,
se emplea la tijera,
se teje con el hilo
del deseo de la muerte
lo poquito que queda.
(De Puesta en escena, 1993)

DE CAMINOS DEL DESIERTO

Los que llegan del Este
avanzan con sus albornoces
y sus camellos
suspendidos en el aire,
orando y buscando
a su Dios.
Los que llegan del Norte
sajan su camino entre las filas
de la caballería enemiga,
matando con ardor
e indiferencia. Los que llegan del Oeste
siembran los campos
con semillas y brotes,
siegan, multiplican,
construyen la civilización.
Ella,
que viene del Sur,
simplemente canta
envuelta en la seda
de la lengua.

DE LA LENGUA DE LAS ISLAS

II
Se prueba las palabras nuevas
como cuentas de un collar:
corales las vocales,
oro batido o plata sin pulir
las consonantes.
En el fondo de la voz,
metales bajos,
materia radiactiva
para sellar la boca del ajeno
que se atreve a hablar.
IX
Hablar el lenguaje de las islas
es nadar hacia atrás,
pegar el salto a un futuro anterior:
colgarse pendientes de la boca,
collares de la palma de la voz,
incendiarse en un fuego
incesante.

DE MEMORIAL DE LA BATALLA II – BAJO LA METRALLA

CAEN BOMBAS SOBRE LA CIUDAD, la metralla enemiga
ha convertido las plazas en agujeros de noche, los pájaros del
balcón, en siluetas oscuras que atraviesan el aire como signos del
desastre. CAEN BOMBAS SOBRE LA CIUDAD y el rumor de pies en
desbandada carcome los costados del silencio, ni siquiera un
instante se ha escuchado una débil voz humana en el fragor de
la batalla.
CAEN BOMBAS SOBRE LA CIUDAD y desde las alcantarillas
-que hasta ayer transportaban el pesado cargamento de los
sueños- granadas ocultas, minas traicioneras han hecho saltar en
pedazos el mundo familiar.
CAEN BOMBAS SOBRE LA CIUDAD y ella, en medio del
derrumbe, ha tomado su maleta, la jaula del gato y un par de
plantas para unirse a la caravana que parte en desorden de la
tierra devastada.
Pero al llegar a la glorieta donde nació el amor, a los árboles
gemelos que las balas enemigas perdonaron, ha levantado -con
la maleta y el gato y las dos plantas- una tienda de campaña
donde lo espera, invencible, con una rosa entre los labios y la
canción que cantaba y cantará en sus brazos.

DE PALABRAS DE AMOR

A E.
y el pájaro voló de la rama,
el gato escapó de abajo
de las mantas,
el pez dorado se escondió
entre las piedras
del acuario
todo lo pequeño
nos ha abandonado
vida mía
y apenas nos tenemos
vos y yo
en la quietud de la
madrugada
(De Magia blanca, 2008)

DE PALABRAS PROPIAS

Se inclina con cautela
sobre las pocas palabras que el viento
ha perdonado:
palabras de amor
y de entrega,
palabras de amistad
y compromiso,
palabras para llamar
a un pájaro
o a un niño.
Ninguna palabra
de conocimiento,
ninguna certidumbre.

DE TALLER DE LA MEMORIA

3
Negar la historia,
la sucesión de gestos,
fechas, circunstancias
que afirman una identidad:
ser padre, madre, hijo
-como quería Artaud desde la protesta,
el gusto amargo
de la edad mediana.
4
¿Amores?
En las novelas del siglo XIX
y en los cuentos de hadas.
¿Amigos?
Aquiles y Patroclo,
Hamlet y Horacio.
Scherezade y el lenguaje.
¿Familia?
La mano deja de escribir:
en el patio de atrás
la historia sangra.
5
¿No era que historia no,
nada de fechas que matan
como flechas ni patios
de identidad en el puro
ejercicio literario?
La mano, culpable
de ingenuidad,
pierde los dedos
en los dientes del oficio.
De Taller de la memoria (1998)

DEVENIRES

1
Cautiva de sus dos pies
se deja caer sobre el césped
despliega las alas y
apoyando las patitas
en la rama,
se lanza al vuelo.
2
No consigue calzar
en los zapatos de taco aguja
las escamas brillantes. Los arroja a un rincón,
se zambulle
jubilosa
en el agua de la pecera.
3
Poquito a poco
su brazo se curva
sobre sí,
la mano se abre en boca
triangular,
los anillos se enroscan
lentamente.
Haciendo sibilar
la lengua bífida y estrecha
se dispone a
saltar
como un resorte.
4
Pesa, pesa la trompa
que de pronto
le inclina la cabeza
hacia adelante,
los anteojos se deslizan
sin sostén y ella brama, asombrada,
entre sus largos
colmillos.
5
Atraviesan las garras
afiladas los guantes
de satén;
el pelaje sedoso y negro
se asoma por las costuras
rojas del vestido;
la cola larga
lujosa
envolvente
se asoma debajo
de la falda.
Inéditos

FUEROS FEMENINOS

¿Quién dijo que sólo para Ulises
se alzaba la voz de las sirenas?
De pie sobre la grieta
feroz de la memoria,
de espaldas a la casa
—manso círculo de luz
donde el tiempo descansa,
se olvida de sus hábitos de guerra,
se desviste—
a veces me sacude
un viento de impostura:
puedo soltarme el pelo
y cantar hasta el alba,
cerrar los ojos
y destrozar el mundo.
(De Para que el ojo cante, 1983)

II HERMANDAD

Hermanos cancerosos,
leprosos, cardíacos y accidentados,
amputados y aplastados por el dolor,
yo me he unido a ustedes
desde el grito sin descanso,
yo comulgué con ustedes
desde la miseria de un cuerpo
que se niega a obedecer,
un cuerpo autónomo en su forma de sufrir
de pedir un remedio
para el daño inaguantable. Hermanos infartados,
tuberculosos y con delirium tremens,
con el pie baldado por la parálisis cerebral,
con el páncreas hecho trizas por la infección,
yo como de su mesa y mendigo su pan,
yo busco en la bella analgesia
el olvido de la sierra que pulveriza mis huesos,
yo comparto en la desgracia de un cuerpo
herido por la enfermedad,
la condición humana abyecta
que nos hace más hermanos
que el amor.
Hermanos sin alivio ni cordura,
hermanos en la escrófula y el herpes,
picados de viruelas, trozados por la peste,
ahogándose en un enfisema atroz,
yo sé lo que se siente cuando todo el universo
se reduce a un punto que entra en erupción
y la lava del dolor nos arrastra
nos crucifica
nos cunde
plegados en el grito y la experiencia del filo
en las entrañas o en el hueso.
Hermanos en el dolor del cuerpo,
hermanos en la bilis que se vuelca,
las células que, enloquecidas, se devoran a sí mismas,
en el aullido silencioso de la noche de hospital,
en la plegaria entrecortada rumbo al quirófano,
yo he comido la carne del delirio por el dolor
que no cesa, he bebido el acíbar de la caricia que no calma,
he conocido la magia sin par de la morfina que
de pronto sí,
de pronto envuelve los nervios calcinados
con su lienzo y su consuelo.
Hermanos cancerosos, hemipléjicos
o atravesados por una bayoneta,
somos la idéntica carne irredenta,
el mismo grito estentóreo o silencioso
donde claudica nuestra especie.
De Meditaciones orgánicas (2011)

POST-SCRIPTUM

a la memoria de mi hermana
Sin embargo,
no era eso lo que quise decirte en tantos años
de escribir tu nombre.
Quise nombrar la alegría compartida,
las noches en que las manos juntas
nos ayudaron a cruzar el miedo,
la envidia y el amor,
sobre todo el amor,
tan poco dicho,
tan sabido.
Quise decir la adolescencia,
el viaje que fue el tesoro del pirata
porque estaban las cartas,
los secretos,
tanto de sabernos
en tantos días separadas.
Quise decirte,
y no hay reemplazo ni palabras,
que a veces todo se confunde
y camino insomne por la casa;
a pesar de los años,
los amigos,
queda un rincón en llamas,
un hueco insoportable,
algo que sangra.
(De Pie de guerra, 1988)

RELEYENDO A PAVESE II

Vendrá la muerte
y tendrá tus ojos.
No, amor, tus ojos no,
que si me llegan con ella
me voy a acicalar
como una chica enamorada: vestida y pintada para seducir,
con perfume, la boa de plumas,
medias de red,
con el conjunto de encaje y portaligas
y ese vestido rojo que siempre
me querés sacar.
Porque si viene con tus ojos,
amor,
no le podré decir que es una
yegua pelada y traicionera
y que si me quiere llevar
va a tener que disputarme
paso a paso,
con las uñas afuera,
como gata,
para poderse defender.
No, que no me llegue,
amor,
con tu mirada,
sino como una colegiala
me le voy a entregar.
(De Pasajera en tránsito, 2006)

TAREAS

In memoriam Juan Carlos Frugone
borrarte de todas las agendas,
anularte del mail,
trazar un borde de luto
en tu retrato
¿pero cómo te arranco
�lieber Bruder�
del centro incandescente
del dolor?