ROMERO BORRI, GUSTAVO
ANTE LA FOTO DE GUEVARA MUERTO

Qué futuro vislumbran estos ojos
Que aún muertos nos observan
Con la certeza de los absolutos.
Qué miran, qué nos miran, qué iluminan
Desde su anochecida detención.
Ese hombre creyó más, supo más, pudo más
Hasta quedar inmóvil, suspendido
En su convencimiento.
Qué clase de futuro perciben estos ojos
Que estando ya desiertos
Siguen inconmovibles
Interrogándonos.
Como una estrella muerta
Cuya luz percibimos todavía
Estos ojos nos miran, Todavía se miran en nosotros.
Qué ven, qué siguen viendo,
Qué fijeza rotunda
Los hace diferentes.

CADA DÍA

Cada día es un pan que se le ofrece
A mi mesa vacía.
Un pan donde las últimas aristas de la noche se quiebran.
Cada día es el rostro que ese día me mira
Como un viejo reclamo
De quererse entendido en su silencio.
Cada día es un pájaro que se posa en mi mano
A comer las semillas que no se llevó el viento
Y beber de las aguas que aún no son salitre.
Cada día la escarcha se disuelve
Y huye la niebla hasta dejar intacto
Otra vez el camino.

A veces no soy yo
Soy un impulso
Ajeno a mí que busca
Nacer de nuevo hacia un amor que ignoro.

CORDILLERA

No se porqué,
Montaña de mis sueños,
Siento que al ascenderte y al mirarte
Profano tu silencio
Anterior al silencio que precede mi vida.
La montaña se trepa hasta mis cúspides,
Interroga el abismo de silencio que hay en mi corazón,
Bendice mis planicies, mis aristas,
Gravita frente a mí como si un ojo
Inmemorial cavara en mi memoria
Una grieta sin fondo.
Para saber que existo
Constato mis livianas pisadas en la roca.
Este paisaje ignora al Hombre.
Vive sin él Prescinde de sus artes,
Construye desde siempre sus alturas filosas
Como buscando regresar a un mundo
Y a un tiempo que no es éste:
Acá la piedra canta su silencio viejísimo.
La montaña perfora mi mirada
Hasta rozar lo inerte que me habita.
También mi cuerpo es templo
De soledad, de piedra, de silencios y miedos,
De escarcha acariciada por el cielo
Y de vientos en fuga.
La montaña es lo otro�
Pulveriza tu voz para que un hilo
De tu voz se haga cielo:
Cielo para medirte
Con todo lo que siendo territorio del ojo
Huye hacia las estrellas alejadas
Ajeno a la semilla y la paloma.
Estas piedras están sobre la tierra
Atadas por su peso:
Su vocación es abrazar el cosmos
No el efímero soplo de lo humano.
Soy un breve latido
Que un breve tiempo acuna.
Frente a tus grandes aguas
Paridas por tus piedras como úteros Soy apenas la sed:
Soy la pequeña sed de un labio enorme
Llamado Humanidad.
Soy esta inmensidad que me levanta
Abandonándome�
Soy apenas el Hombre
Hijo de un parto enorme
Engendrado en la noche más noche de mi especie.
Soy un grano de arena ante tu piedra
Donde livianamente
Viaja la eternidad.
San Juan, al pie del Mercedario,
a 4500 mts. de altura.

EL POEMA DEL HOMBRE

Como un niño sin voz para decir sus hambres
Anda en el mundo el poema del hombre.
Cómplice de la estrella y de la hormiga,
Huérfano lastimado por omisión u olvido,
Vagando en lo traslúcido y el barro,
El poema del hombre anda en el mundo
Como un sonido muerto o desoído
Desvelado de amor y lejanías
Planea sobre el mundo abrazándose al aire
El poema del hombre.
Cae, a veces. Maduro como un fruto
Sin estruendo en la tierra.
Sin que nadie lo vea cae a veces
Indiferente a los indiferentes
Como un fruto maduro que nadie ha codiciado
El poema del hombre.
Ciego como el amor anda en el mundo
El poema del hombre:
Ciego alumbrado sólo por la herida
Que enferma al mundo interminablemente.
Ciego que sólo ve lo no nacido
Anda en el mundo
El poema del hombre,
Desconociendo muros y alambrados

Porque él es todo un sueño que se engendra y avanza.

El poema del hombre se alimenta
De los sueños del hombre
Así como los árboles se nutren de la tierra y el aire.
Como fingiendo que se basta a sí mismo
Arde en su llama
Solo:
Se ilumina y consume en lo que alumbra.
Levantado en el centro de las noches del hombre
Arde como un trofeo solitario
El poema del Hombre.
En los atardeceres,
Cuando el mundo parece menos mundo,
El poema del Hombre se trasluce
En sus ojos cansados:
Roza como una pluma lo invisible del hombre.
El poema del Hombre oye la música callada
Del extraviado corazón del hombre,
Criatura en la tormenta
Hoja delgada en manos de los vientos.

Por encima de todos los escombros del mundo
Se construye y define el poema del Hombre,
Junta dispersas hojas
Une lo que el olvido desune desde siempre.
El poema del Hombre es la memoria
De un deseo que enhebra sin descanso

La trama de los sueños incumplidos.
El poema del Hombre busca el centro del hombre:
Nervio de luz o túnel donde la voz del mundo
Quiere encontrar resguardo y contenido.
El poema del Hombre está inconcluso
Porque es el hombre mismo
Que busca entre las partes de su sueño
La parte que le falta.
El poema del Hombre
Tiene la edad y el rostro de los sueños del hombre.
Respira por los árboles deambula con el viento
Se hace vuelo en el pájaro
Y humedad en el agua pasajera del río.

El poema del Hombre reza y maldice
Dice
Que nada ha sucedido todavía.

El poema del Hombre es un diamante
Que fulgura escondido
Dentro del corazón.
Es una voz sin dueño que persigue tu voz
Para decirse.

EN CÍRCULOS

Porque sólo es posible construir
el futuro sobre un pasado real
T. S. Eliot
Vuelve el azul a enamorar al ave
y a sostener la claridad sus trinos.
Vuelve a ser arboleda la semilla,
un fresco abrazo verde al desamparo.
Vuelve a encender el fuego en la mirada una ancestral desolación callada.
Vuelve el claro misterio de la dicha
Sus telones de luz a cada paso.
Todo el pasado cabe en un instante
en que vacío y plenitud coinciden.
Vuelve a ser mío �lo lejano mío�
y vuelve la distancia a ser mis ojos.
Vuelven los pies pequeños sumergidos
en las rápidas aguas del arroyo
y la hondura tirante de las tardes
apenas sostenidas por el aire.
Vuelve un dios convencido a convencerme
que adentro de la piedra está el diamante.
Vuelve a insistir la fe con sus motivos
tremendos, invisibles, y en el bosque
vuelve a no tener fin la antigua senda.
Vuelve la gota a perforar la piedra.
Todo el ayer se enciende en un instante.
Todo el ayer es hoy: un perfumado
rumor insomne a lluvia repetida.
Vuelve la noche de clausura vuelve
la interminable confesión del ciego.
Vuelve la infancia y su memoria enorme
en los ojos del niño envejecido.
Vuelve la única vez (la vez primera)
La hoja inicial de un libro releído
hasta olvidar que sus palabras hablan.
Vuelve a rodar la piedra detenida
y la torcaza a continuar su queja.
vuelve la sed a imaginar la forma
siempre cambiante y única del agua.
Vuelve la luna al cielo, vuelve el ojo
que nos mira nacer a cada instante.
Vuelve la inmensidad a ser camino
y a reclamar palabras el silencio.
Vuelve el azul a enamorar al ave.

FINAL DE MUNDO

Soñé el final del mundo.
Ocurría en la puerta de mi casa de infancia
Una tarde imprecisa.
Estaba yo y un hombre
Que era además mi padre:
Las manos apretadas nos unían
Como a dos niños solos.
Yo miré, sin palabras, En sus ojos altísimos
El estremecimiento de un asombro sin nombre.
Nada volaba por el aire. Todo
Naturalmente se extinguía en su esencia
Como cansado de vivir
Llevándonos.
Soñé desagradables cosas ciertas.

LA IDEA BUENA

Tierna planta nacida
De un deseo de luz.
Frágil raíz reseca
Pariéndose verdor.

Esmeralda asfixiada por la piedra inservible
Buscando que su brillo
Se haga hermano del sol.

Destello de lo humano desvalido
Tanteando oscuridades
Que la luz no conoce.
Mundo naciente
Aún
no
recibido
por
el
mundo.

LA LUZ

Otra vez en los ojos y en el muro de mi casa
Como un don
La mañana
Irremediable.
Otra vez
En el pico de las aves la luz
Naciendo trinos
Y otra vez
En las flores el color de las flores.

Otra vez la mañana en su cúspide perfecta.

Otra vez
El regreso de la luz,
La certeza puntual de su misterio

Otra vez�

LOS OTROS

Ellos aman al pájaro por pájaro y lo odian por ajeno.
Adoran su manera de adueñarse de los ritmos del aire,
Su virtud elegante de esquivar las tormentas
Y encontrarle a lo leve su cadencia.
Ellos quieren que sangre todo lo que en el mundo
Tiene forma y destino de horizonte sin muros,
Que todo lo liviano descienda devorado
Por todo lo pesado
Como si un escarmiento como ley se cumpliera.
Ellos quieren que todo lo que brilla se disuelva en el barro,
Que el pájaro apacible
Caiga en su red
Se asuste,
Y que la sangre tibia que da impulso a las alas
Se enfríe
Se atenúe. Ellos están alertas.
Su atención es un nervio que se tensa:
Una cuerda tirante que nunca dará música.
Ellos odian que vuele lo que vuela.

MOZART

Cuando Mozart caía en una fosa
Ante un grupo de amigos leales asombrados
La humanidad caía en una fosa.
Inmensamente el mundo se volvía pequeño
Empobrecido,
Se hacía menos mundo.
Mientras Mozart se hundía
Pesadamente en una fosa oscura
La música nacía
Liviana como el ave que navega en el aire.
Cuando Mozart moría
La Humanidad caía despreciada
Incomprendiéndose.

NADIE NUNCA

Nadie nunca vendrá, pero no importa. Nuestra bandera flameará desierta
Abrazada a los vientos.
Nadie nunca vendrá. Sólo los días
Vendrán erosionando nuestro rostro
Hasta borrar la luz inmerecida
Que encuentra en nuestros ojos su morada.
Nadie nunca vendrá. Ni nadie vino.
La humanidad lo sabe,
Lo gritan las estrellas soberanas.
Mi corazón retumba como un latido cósmico.
Un suicida me mira sin piedad a los ojos.
Me dice: soy tu hermano
Y se hunde en la noche desierta de su origen.
Nadie nunca vendrá.
Pero no importa.

PEDIDO

Te pido valentías que no tengo,
Lo que no soy te pido.
Te pido la pureza de tus lágrimas
Para limpiar mis ojos.
Te pido las palabras necesarias
Las únicas capaces
de ser más que el silencio donde se hunde
mi intimidad desierta.
Te pido los recuerdos que olvidé
Para que sean nuestros.
Tu libertad, te pido,
A cambio de la mía.
Te pido el ave que escapó de mis ojos
Hasta volverse noche, y estrella y lejanía.
Te pido el cumplimiento de mínimos juramentos
Que dan sentido al día que vendrá.
Te pido los momentos que perdí,
Las hermosas mañanas
que empañé con mi pena.
Te pido que me alumbres orillas imprecisas
Donde quiere apoyarse este puente que soy.
Te pido tu mirada
Para agrandar el punto
Desde donde se acercan las cosas alejadas,
Lo que no soy
Te pido y
Te pido
lo que doy.

Te pido que seamos
Y te pido
Que me ayudes a ser.

REZO

Descansar
En la lenta postración
De creer
O saberse
Escuchado por otro
En la distancia.
Quedarse detenido
Equidistante
Del día y su rumor,
Quedarse herido
De todas las heridas.
Morar,
Rememorar,
Apaciguarse.
Quedarse silencioso,
Silenciado. Abrazar el jamás
Y el todavía:
Amar la breve luz,
Agradecerla.
Postrarse,
Descansar,
Hablar callando.

SIEMPRE HABRÁ UNA ESPESURA

Siempre habrá una espesura Y un animal insomne metiéndose en la noche
Para calmar su fiebre en las aguas estancadas
Donde una vez bebió la luz del tiempo.
Él creerá que va mientras regresa
Al lugar de un origen que se aleja.
Él creerá que huye mientras vuelve
A una fuente que nace de la ausencia de agua.
Siempre la vida entera
Estará más allá de cada paso dado:
Donde mirar es como espiar,
Donde toda frontera es horizonte,
Donde una música mejor se inicia
Y no terminará.
Siempre habrá una espesura
Y un animal insomne derrochando su amor
Como un ofrecimiento
Que es también un pedido.
Siempre habrá entre las hojas un temblor sorpresivo
Unos rastros recientes y una música lejos
Que no cabrá en tu cuerpo.